La industrialización de nuestro mundo trajo muchos beneficios y sus consabidas contrapartes, entre ellas es la basura, que desde hace siglos nos acompaña a donde quiera que vivamos. Se ha vuelto un problema para los centros urbanos y lugares vecinos.
En nuestro estado padecemos el problema en las principales ciudades desde hace varios lustros, nos alcanzó el destino y ahora tenemos que enfrentar situaciones inimaginables para quienes pintamos canas. ¿Qué hacer con la basura?
Hace un par de meses se difundió una noticia en relación con la cantidad de basura que se recolecta en la capital veracruzana: 400 toneladas diarias. Dicho de otra manera, 12 mil al mes y 144 mil toneladas de desechos al año. Esto, sin contar “días pico”, como el 14 de febrero, 10 de mayo y festejos decembrinos y religiosos.
De aquel viejo basureo que teníamos a un costado de la carretera a Coatepec, hasta el relleno sanitario actual, no hemos podido solucionar de fondo un problema que cada día aumenta.
En este contexto, el diputado secretario de la Comisión Especial de Energía y Recursos Renovables, Juan Eduardo Robles Castellanos, expuso: “Esto refleja que los rellenos sanitarios ya son obsoletos para la disposición de los residuos sólidos, de ahí la importancia de una Iniciativa con Proyecto de Decreto que presenté, para crear la Ley para la Disminución Gradual de los Residuos Sólidos Urbanos y Manejo Especial para el estado de Veracruz”.
En la entidad tenemos 28 rellenos sanitarios, ocho están concesionados a particulares y el resto lo manejan los ayuntamientos. Sin embargo, al parecer estas medidas ya no son una alternativa para el volumen de basura que generamos diariamente.
El Legislador comentó que no está a favor de los rellenos sanitarios, porque cuando su capacidad se rebasa desencadenan problemas de salud pública, “como en el caso del basurero de Las Matas, donde llevan sus desechos los municipios de Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos”.
Creo que el problema debe ser tratado desde el origen y no hacer tabla rasa. Por ejemplo: no se puede comparar los desechos generados en un hogar con los del comercio y la industria.
Claro que el problema nos atañe a todos, y de ahí que en cada ámbito debemos empezar a buscar soluciones prácticas para evitar seguir dañando nuestro entorno.
El problema es complejo y debemos entrarle todos por igual. Ya hemos experimentado con la separación de basura, con el reciclaje, con la reutilización, pero parece que todo son meros paliativos ante una situación que nos supera.
¿Nuevas leyes? Pues sí, pero no es todo. Quizá tendríamos que empezar por cambiar ciertos hábitos de consumo, tanto en lo personal como en lo social. Tenemos un panorama sombrío y pareciera que no sabemos cómo enfrentarlo. Podemos buscar experiencias exitosas pero quizá lo más importante sea tomar conciencia de que tenemos un problema que debemos resolver.
Ojalá nunca lleguemos a presenciar imágenes apocalípticas que el cine nos ha presentado, y podamos seguir disfrutando del verde de nuestros campos y respirar aire limpio. Pero sobre todo, ojalá podamos entregar buenas cuentas a nuestros hijos y nietos, de este mundo que nos ha tocado vivir.
Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.