Recientemente anunciaba el Senador José Yunes Zorrilla, en una reunión con asociaciones sociales, que: “el enemigo a vencer en el país y en Veracruz es la pobreza” y no es para menos. Veracruz, representa el quinto estado con mayor nivel de marginación a nivel nacional, por encima de entidades que históricamente lo han estado: Chiapas, Michoacán, Oaxaca, Guerrero y otros que se suman a la lista de la marginación extrema: Puebla, Guerrero, Zacatecas, Tlaxcala, e Hidalgo.
Aunque es cierto en Veracruz, de 2010 a 2012 la pobreza bajó en 5 puntos en función de los esfuerzos que se han venido realizando, estos deben ser constantes para salir del grupo de los Estados indicativos de mayor pobreza nacional .
México, en contraste con los países de América Latina, tuvo un lento avance en la reducción de la pobreza multidimensional entre 2004 y 2012 (CEPAL, 2014). En 2004, la incidencia de la pobreza era de 43% mientras que en 2012, cayó al 41%, es decir, en un periodo de 7 años los gobiernos mexicanos disminuyeron la pobreza en alrededor de 2%. (Panorama social de América Latina, 2014); que si bien es cierto—insisto– es un esfuerzo, éste no es suficiente. Y uno de los aspectos a los que se le adjudica la escasa disminución es el modesto crecimiento de los salarios medios, que reduce el poder adquisitivo y en los niveles de más carencia la privación de empleo, protección social y rezago escolar, particularmente hoy en las zonas urbanas por sobre las rurales (CEPAL, 2014).
Pero me agrada la visión del Senador José Yunes, cuando menciona que: “a la pobreza hay que combatirla no sólo en su concepción más elemental, que es aquella que tiene que ver con ingresos y disponibilidad de recursos, sino en su concepción más amplia, que es la que inhibe a la persona desde sus capacidades, la que limita la posibilidad de realizar con dignidad las labores cotidianas”.
Combatir la pobreza, en cualquier espacio, es entrar al fondo de iceberg. No es enfrentar por encima sino de fondo los problemas y me agrada que él tome ese tema crucial con absoluta seriedad; esto habla bien de su visión de ir corrigiendo lo más difícil, lo más complejo, para que lo elemental se resuelva como consecuencia. Y por supuesto que le apuesta a redoblar esfuerzos para transformar realidades y construir un mejor entorno, para ello, menciona dos variables importantísimas: la organización económica (que siempre deberá ser transparente, eficiente y bien dirigida) —el paréntesis es mío–, y un marco jurídico que se observe y que se cumpla.
Pero si nos vamos a un análisis de la pobreza en Veracruz, retomo algunas referencias del libro de Dr. Hilario Barcelata , en donde afirma que en Veracruz existe una profunda desigualdad entre las regiones y los municipios que lo conforman: “El progreso económico y el bienestar social se han concentrado en unos cuantos municipios mientras que el resto, vive bajo condiciones de atraso, logrando apenas reproducir el llamado “círculo de la pobreza”. Circulo vicioso que impide acabar con las causas que la generan. Situación que de manera evidente (voluntariamente o no y quizás hasta sin darse cuenta) es alentada por la política financiera del Estado en sus distintos niveles”. (Barcelata, 2010)
Pero continúo con la referencia realista del autor referido, en cuanto al valor de la producción total por municipio y, es como sigue:
“La riqueza generada en el estado se concentra de manera muy marcada en tan sólo 11 municipios, los cuales representan el 8% del total. En ellos, se genera casi el 53% del total del PIB estatal. Entre estos municipios destaca la contribución individual de los siguientes, de acuerdo al tamaño del producto: Veracruz, 11.9%, Xalapa, 10.1; Coatzacoalcos, 6.5; Boca del Río, 6.2; Poza rica de Hidalgo, 3.5; Córdoba, 3.5; Orizaba, 2.7; Minatitlán, 2.5; Tuxpan, 2.2; Cosoleacaque, 1.8 y Martínez de la Torre con el 1.8% (Ibid)”. Entre ellos se observa que de los municipios más ricos del estado que corresponde al 2 % del total están: Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos y Boca del Río, que tan solo en ellos se genera casi el 35% del PIB estatal.
“En el otro extremo se observa una disparidad ya que en 193 municipios, esto es, en el 92% del total, se produce el 40% del PIB estatal. Sin embargo, nuevamente, al desagregar la información encontramos una realidad más cruda, pues de este grupo, 110 municipios, es decir, el 52% del total, producen el 36% de la riqueza del estado, mientras que los restantes 83, (que representan el 40% del total de municipios), generan, apenas, el 4% del total del PIB. Entre estos vale la pena destacar los 10 municipios más pobres del estado para observar el tamaño de su contribución individual.: Las Minas, cuyo PIB equivale al 0.019% del total estatal; Miahuatlán y Apazapan con un 0.017; Xoxocotla con 0.015; Los Reyes, con 0.014; San Andrés Tenejapan, 0.013; Magdalena, 0.010; Coetzala, 0.010; Chumatlán, 0.007; Landero y Coss, 0.007 y en último lugar, Aquila con apenas una contribución del 0.004 al producto total del estado.”(Ibíd.)
Luego entonces el meollo del crecimiento en Veracruz, está en resolver el meollo del estancamiento, es decir, en mejorar las condiciones de los municipios en donde se concentra el mayor índice de marginación media y extrema, es decir, aumentar la contribución individual para que eso se refleje en el total estatal.
Por eso alabo que el Senador José Yunes, vengo poniendo el “dedo en la llaga” en este tema y que su interés vaya en esa tesitura.
Porque eso es pensar en serio, de encarar la raíz de los problemas, en la búsqueda del bienestar social –sin demagogias–, reordenando las políticas sociales que tengan por objetivo la eliminación de los factores que hacen que algunos veracruzanos vivan en el subdesarrollo, y replanteando también las políticas que favorecen su accesibilidad, como las de comunicaciones (mejores carreteras y servicios), educativas (abatir el analfabetismo, ofrecer mejores oportunidades y calidad de la enseñanza escolarizada) y de desarrollo (incremento de empleos, vivienda digna, seguridad social, mejor remuneración y mayor seguridad), que habrá de traducirse en bienestar social y económico (salarios dignos, mejora del poder adquisitivo, reactivación económica regional) y mejorará los aspectos individuales de los veracruzanos–mayor consciencia, alta autoestima y mejor actitud hacia el cambio con responsabilidad–; y eso es pensar con objetividad y seriedad hacia lo que deba ocurrir en la entidad en los siguientes años.
Gracias y hasta la próxima
Bibliografía
• Barcelata Ch., Hilario (2010), Veracruz. Pobreza, crecimiento económico, Universidad de Málaga España, Grupo Eumed.net 2010.
• http://www.coneval.gob.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza-2012.aspx