«La semana pasada, Gustavo Madero acudió sigilosamente a San Lázaro. Afirman los que lo vieron, que conoció lo que será su despacho, pero que impuso al personal administrativo, hasta el color de los sillones que deberán tener sus dos oficinas. Dicen que hasta solicitó que se concluya con la construcción de un spa que quedó pendiente en la legislatura pasada. Lo que se necesite para legislar. ¡faltaba más!». Lo comentan en ¿Será? en «24 horas».