Cuando se piensa en un pensionado, por lo regular imagina uno a una persona de edad avanzada que recibe del estado una compensación por el trabajo que durante muchos años ha realizado. Una compensación merecida y en muchos casos injusta, porque después de más de 40 años de servicio en algún trabajo, los pensionados reciben una compensación de miseria, que muchas veces no les alcanza para sus necesidades básicas.
Tal es el caso para la mayor parte de los más de 26 mil 870 jubilados que tiene el Instituto de Pensiones del Estado. Y decimos la mayoría porque nos hemos enterado que tan sólo 1500 pensionados reciben el 50% del presupuesto para pensiones en el estado de Veracruz. Es decir, tan sólo el 6% de los 26 mil 870 pensionados cobra lo mismo que el 94%.
De hecho el día viernes 31 de julio un grupo de pensionados, aglutinados en la Coalición de Pensionados Independientes del Estado de Veracruz (COPIPEV), cerraron las calles del centro para exigir el pago de sus pensiones. Nuevamente, uno esperaría que los quejosos fueran esas personas humildes que uno se imagina cuando oye hablar de los pensionados, pero no. La mayoría de los pensionados que vimos estaban todos ellos muy bien ataviados, con aspecto de lo que el vulgo llama “gente bien”.
Por supuesto no estamos diciendo que su exigencia no sea legítima, lo es. Trabajaron muchos años para forjar esta nación, para entregarnos el país que tenemos. Sin embargo hay muchos casos que deberíamos tomar en consideración. Por ejemplo, se sabe que la señora Nohemí Quirasco alcanzó la edad de jubilación siendo secretaria de Gobierno en el sexenio de Miguel Alemán. Pues la señora, por el tiempo que estuvo en la función pública, exigió y logró una jubilación de más de 100 mil pesos mensuales. La ley se lo permitió y ella sin cargo de consciencia aceptó. Lo mismo es el caso de Reynaldo Escobar que alcanzó la jubilación de 80 mil pesos.
En ese mismo tenor hay maestros que consiguieron una jubilación de sus dos o tres plazas, y tienen años cobrando una jubilación equivalente al sueldo de un funcionario público de alto nivel.
¿Se los reprochamos? No, la ley se los permitió. Con argucias legales y con la complicidad de los sindicatos y del mismo Instituto de Pensiones del estado, estas 1500 personas obtuvieron una jugosa jubilación. El problema es que nunca pensaron que así como ellos obtuvieron esas cantidades jubilatorias, otros también las obtendrían y más. Todo inició con la corrupción en un instituto, en los sindicatos y en la amoralidad de quienes buscaron esas jubilaciones. Porque aunque ellos aseguren que lo merecen, ¿cómo explicar que una persona haya cubierto hasta tres plazas para tener derecho a que lo jubilaran por esas tres plazas?
Como una bola de nieve que año con año crece, el problema de los pensionados en este 2015 es ya una avalancha que tiene colapsadas las finanzas de esta institución. Por causa de la amoralidad de esos que cobran cantidades de 50 mil, 60 mil, 70 mil, 80 mil, 90 mil, 100 mil y hasta más mensuales, las personas que reciben una pensión de 2 mil, 3 mil, 4 mil o hasta 10 mil pesos mensuales están siendo afectadas. La cúpula del COPIPEV, que es la que con “justa” razón exige sus pagos de más de 40 mil o 50 mil pesos mensuales, afecta a los más de 25 mil pensionados a quienes no llega la pensión escasa que el estado les otorga. Si a esto sumamos la gran corrupción y el saqueo que siempre ha habido en el IPE, pues no hay dinero que alcance.
Para entender como lo legal puede ser inmoral, me gustaría anotar una anécdota tomada de la columna de Javier Palou García:
“Andrés Manuel López Obrador llegó ese día a la cita, y se topó con el ex dueño de Banamex quien vendió ese banco en una cantidad sin precedentes, (12 mil millones de dólares) sin pagar impuestos; Roberto Hernández, que en cuanto le tocó el turno de preguntar, inquirió: Señor candidato; soy su villano favorito y prosiguió:
–Yo quisiera preguntarle si tiene usted algún problema personal conmigo.
–Ningún problema, señor, sólo que pague usted sus impuestos contestó AMLO.
–Yo no hice nada ilegal, todo lo que hice fue legal, continúo el ex banquero.
–No sé si fue legal o no, pero lo que usted hizo, obtener ganancias de ese tamaño y no pagar ni un peso de impuestos, es inmoral, ofende al pueblo”.
Lo dicho, los pensionados en su exigencia no están haciendo nada ilegal, su exigencia es lícita. Pero que 1500 pensionados de lujo, entre ellos la cúpula del COPIPEV, cobre el 50% del presupuesto para pensiones, oprimiendo con ello al resto de los 25 mil pensionados que no son V.I.P, eso tiene cara de inmoral. ¿O usted qué piensa?

Armando Ortiz aortiz52@nullhotmail.com