Hace unos días, el pasado 30 de julio, don Ignacio Trelles Campos, mejor conocido cariñosamente en el mundillo futbolístico mexicano como don Nacho Trelles, cumplió nada más y nada menos que 99 años, circunstancia de por sí extraordinaria y afortunada a la vez porque don Nacho, fuera de algunos problemas que tiene para caminar por sí sólo, permanece lúcido y con mucha salud a pesar de su avanzada edad. De seguro se preguntarán, estimados lectores ¿Pero cómo, hablar de don Nacho Trelles? Pues sí, considero que vale la pena ocuparse de este señor, un ícono indiscutible del fútbol mexicano que llenó toda una época y, además, no todos los días un personaje como él cumple 99 años.

Don Nacho es de esos clásicos personajes que pertenece a esa época del fútbol mexicano en donde todo era color de rosa –a pesar de la televisión en blanco y negro-. Para los que ya tenemos un buen tramo de camino recorrido en la vida, recordaremos que aquella era una época –los 60 y 70’s- llena de candor, en donde la gran mayoría de los futbolistas mexicanos, dicho con todo respeto, practicaban un fútbol muy elemental y muy limitado técnicamente hablando que hasta ternura daban. Estos futbolistas, como recordarán, fueron “bautizados” por el recordado periodista de Excélsior, Manuel Seyde, como los “ratoncitos verdes”.

Pero aunque nos duela recordarlo, esa era la realidad de nuestro fútbol, tiro por viaje cuando nos enfrentábamos a equipos más evolucionados futbolísticamente, sobre todo los europeos, casi salíamos goleados, con goleadas de escándalo. Eran las épocas también del “5 copas”, Antonio Carvajal, de Chava Reyes, del “Chololo” Díaz, de Raúl Cárdenas, de Mario Velarde, de Toño Mota, de Guillermo “el Tigre” Sepúlveda, de un joven Enrique Borja y de Arturo Chaires, quienes, indistintamente, actuaron en los mundiales del 62, 66 y México 70, jugadores muy recordados, pero, con todo respeto, insisto, con un fútbol “ratonero” y que sucumbían con facilidad ante los poderosos equipos de Alemania, Inglaterra, Italia y Brasil, entre otros.

En esas épocas se hizo entrenador de fútbol don Nacho Trelles, en realidad muy joven después de sufrir una lesión que lo indispuso para jugar, y don Nacho se convirtió, probablemente en el director técnico más legendario que ha existido en nuestro fútbol. Es el que más campeonatos ha ganado –de cuando los campeonatos eran de a de veras, de cuando duraban un año, no como ahora que son de medio año-, el que más juegos ha dirigido y el que le imprimió un sello propio al estilo de dirigir a los equipos de los que fue el director técnico. Era todo un costal de mañas, por ejemplo, quién no recuerda cuando dirigía al Zacatepec, en pleno corazón de la “selva cañera morelense”, en donde regaba el pasto del no menos legendario estadio “Coruco” Díaz unos minutos antes de los partidos los domingos, en donde se jugaba a las 3 de la tarde, en pleno sol, para que el césped despidiese vapor para agotar a los equipos enemigos.

También se hizo famoso don Nacho porque entendiendo las limitaciones futbolísticas de los jugadores de aquellas épocas, una vez dirigiendo a la selección mexicana en un partido ante Inglaterra se le ocurrió la brillante idea de presentar un equipo con una línea defensiva de 6 jugadores más el portero, o sea 7 jugaban de la media cancha para atrás y solo 4 formaban la línea media y de ataque. Pero también don Nacho se hizo célebre porque para hacer perder concentración a los equipos rivales, en plenos momentos de presión para su equipo, arrojaba un segundo balón a la cancha para obligar al árbitro a detener el partido. Era todo un costal de mañas “el viejo zorro” dirigiendo.

Y así hay muchas anécdotas más de Ignacio Trelles, sin exagerar, como para escribir un anecdotario. Ahí está aquella vez también en que Arturo Yamazaki lo expulsó de un partido y don Nacho se negó a abandonar el terreno de juego, lo que dio lugar a que el peruano nacionalizado mexicano le advirtiera con toda energía que si no se iba –Trelles-, entonces se tendría que ir él –Yamazaki-, a lo que el nonagenario entrenador le contestó, muy quitado de la pena: ¡A, entonces váyase usted!, por supuesto sobra decir que el que terminó yéndose fue el jalisciense, pero mientras tanto protagonizó otro de sus acostumbrados shows. Ese era Nacho Trelles dirigiendo.

Conmueve ver cómo, todavía, don Nacho a sus 99 años va dos o tres veces a la semana La Noria a presenciar los entrenamientos de su amado Cruz Azul, es infaltable, y es una pena que sea, probablemente el último de aquellos románticos que escribieron algunas de las páginas más memorables de nuestro fútbol desde distintos ámbitos –paradójicamente, a pesar de nuestra pobreza futbolística- y del deporte mexicano en general. Él, junto a Fernando Marcos (¡Borja no falles, métela por favor, gol de Borja!, gritaba don Fernando emocionado), Ángel Fernández, Pedro “el Mago” Septién, Agustín González “Escopeta”, Fernando Luengas, Gustavo Armando “el Conde” Calderón y Jorge “el Rápido Esquivel (gran cronista de béisbol), más glorias deportivas como Héctor Espino, la “Tota” Carvajal, Horacio Casarín, Luis “el Pirata” Fuente, Fernando Bustos, Gustavo “el Centavo” Muciño, Ramón Arano, Alfredo “el Zurdo” Ortiz y Benjamín “el Cananea” Reyes (el manager del México de los 70’s), perduran en nuestra memoria a pesar del tiempo y a pesar que muchos de ellos ya se adelantaron en el camino.

Felicidades Nacho, eres un hombre admirable, en ti, sin duda, se resumen inteligencia, sabiduría, ingenio, humor, ganas por vivir y la frescura de un hombre con una vitalidad enorme a pesar de sus 99 años.

Me lo dijo el “Vampiro de Palo Verde”.- Lo que nos faltaba, el xalapeño consejero electoral del INE, José Roberto Ruiz Saldaña, está siendo acusado de acoso sexual por una ex asesora (colaboradora) del propio funcionario electoral. Está duro el escándalo y le podría costar la chamba.