Llega Manlio Beltrones a la presidencia de PRI nacional, después de que en las altas instancias del poder de decisión partidista, una vez deshojada la margarita, se tomó el camino que la cordura impuso, quizás no por simpatía plena pero si para estar en congruencia con la mejor solución desde el punto de vista priista.
Otra ruta hubiera llevado a la incertidumbre de reacciones dentro de la comunidad de ese partido que no aceptaba de entrada la inclusión de un miembro improvisado, sin ningún antecedente de trabajo político partidista, como era Aurelio Nuño. Hubiera sido un grave error de estrategia y sensibilidad.
Montado está ya, Manlio, en la corriente ascendente que en unos días lo llevará al sitial político que siempre deseó, como tránsito lógico hacia mayores horizontes. Vienen ahora los detalles y consecuencias, las especulaciones y los escenarios que a partir de este momento se fabricarán, casi siempre a conveniencia y a favor de intereses personales, de grupos y corrientes internas entre militantes con antecedentes reconocidos y los agregados y oportunistas de ocasión.
El Mexico de práctica política de finales del siglo pasado, en el que se formó Manlio, ya no existe. Los nuevos tiempos del país requieren otras formas en el manejo socio-político. Quien crea que se seguirán los modelos del llamado “viejo Pri”, estará errando totalmente. Manlio tuvo oportunidad, a veces contra corriente, de ir evolucionando y adaptándose; su experiencia como senador y luego como diputado reciente, le dan una idea clara de lo que ahora reclama la actividad pública de la nación.
Pensar a Beltrones en el CEN del PRI lleva, por asociación de ideas, a recordar a Luis Donaldo Colosio. Ambos sonorenses por lo mismo coetáneos y contemporáneos, dos años mayor Colosio. Esto recuerda que hay cero veracruzanos en el panorama nacional, salvo los senadores y diputados federales, que forzosamente Veracruz debe tener, siendo entidad integrante de la federación. No se advierte ninguna figura en el contexto nacional, en otras épocas, sobrada de grandes personajes del estado.
Manlio era gobernador de Sonora cuando los infortunados acontecimientos trágicos de Lomas taurinas, Tijuana y se le imputa que al interrogar al asesino, Mario Aburto, altera hechos. A Manlio en algún momento el New York Times, lo acusó de estar coludido con el narcotráfico, lo que sin pruebas disipó la acusación.
Beltrones como se ve ha sido un político controvertido, es cierto y sin ánimo de disculpar sus errores debe entenderse que, como todos los políticos mexicanos de cualquier corriente ideológica o postura de izquierda de centro o de derecha, actúan en un marco social integrado por seres humanos, no ángeles ni hermanas de la caridad.
Beltrones en sus primeras declaraciones con rumbo al liderazgo priista, ha establecido que apoyará la política del presidente Peña Nieto por que es un régimen emanado de su partido, lo que suena congruente y es acción política que se practica en todo sistema democrático. El partido en el poder apoya al régimen en el poder. Se acaba así la “sana distancia” zedillista.
Se entiende que Beltrones entiende, que Mexico es actualmente un país donde el pluralismo ideológico, la libertad de expresión y la necesidad imperativa de democratizar, son una exigencia vital del pueblo, para lograr alcanzar espacios de real superación y mejor nivel de vida.
Conceptos que deben trasladarse a la vida cotidiana, sin caer en discursos sin contenido y retoricas estériles de lo que el pueblo mexicano abomina. Esa debe ser la postura del nuevo líder del Pri. Han cambiado las antiguas reglas, si eso no se dimensiona el fracaso esta tan cerca como están 2016, 17 y sobre todo 2018. No puede ignorarse que hoy existen otras ofertas políticas, otros partidos, en este Mexico plural y demócrata, que aprovecharán su oportunidad.
En Veracruz habrá repercusiones. Se identifica no de hoy sino de mucho antes la cercana relación de trabajo político de Manlio con Héctor Yunes Landa, que tiene un gran ascendiente e innegable labor social, administrativa y legislativa en Veracruz. Sin embargo, nada hay escrito y muchas veces esa cercanía se torna en reto adicional por superar.
Otro veracruzano muy cercano a Beltrones es José Luis García Mercado, supuestamente xalapeño, sin comprobar, que fue secretario particular de Don Fernando Gutiérrez Barrios y ocupó el mismo cargo con el propio Manlio, quien lo proyectó a una diputación federal como suplente de Tomas José Ruiz González, actual secretario de la SIOP, que según datos oficiales del Sistema de Información Legislativa, nació el 20 de marzo de 1963 en Mexico D.F.
Se abre así una nueva etapa política. No se puede soslayar que con el renuevo en la dirigencia nacional del partido que tiene mayor presencia en el poder cuantitativo del país, cambian y se recomponen las circunstancias en que se dará la liza electoral en 12 estados de la Republica en 2016, incluyendo, por supuesto, al estado de Veracruz y 2 mas en 2017. Esto representa la posibilidad real para Manlio de incrementar su capital político para agosto de 2018, con miras a la Presidencia de la República, cuando tendrá 65 años. Habrá que recordar que Don Adolfo Ruiz Cortines llegó a la presidencia a los 63 años y se le consideraba un viejito.
Mientras, la oposición vela sus armas y estudia sus estrategias y tácticas. Los demás partidos no están durmiendo, se preparan a fondo, ahora que han probado el poder de las urnas y se aprestan a lo que los motiva su esencia, para lo que la ley los faculta, para la conquista del poder en una República demócrata como es, en teoría, la gran nación mexicana.