“Así como no creo en el fuero, tampoco creo en los linchamientos públicos que lejos de crear valor, alejan de la verdad y encubren a los verdaderos culpables.” Con esas palabras casi terminó el Gobernador Javier Duarte una carta dirigida a la opinión pública en la que se deslindó de los hechos del multihomicidio de la Colonia Narvarte. Remató, pa que amarrara, con la frase “La verdad nos hará libres”, que es un remake bastante sobado de las escrituras y que fue como un latigazo que les dejara Jesús a los judíos. ¿Por qué habrá terminado la misiva con esa frase? No lo sé, si lo conociera mejor tal vez podría entenderlo, pero como no lo conozco me quedo mosqueado.

Hay cosas que no me gustan de este caso, la primera (llámame insulso) es que se le llame así tan soezmente “El caso la Narvarte”, que me suena bastante leyendístico como el caso del Encajuelado de San Lázaro, el caso del Caníbal de la Guerrero, el caso del Cacheteado del Estadio Colón, o todos esos casos que a fuerza de repetición se vuelven historias propias de escrutinio del Vaticano. Este multihomicidio, por decir lo menos, fue atroz, porque haiga sido como haiga sido, el pensar que cinco personas fueron salvajemente violentadas y que los asesinos seguramente tuvieron la sangre para ir a echarse después unos tacos de cabeza a la taquería El Popochas de Ecatepec, me resulta por demás pasmoso.

Si algo me queda claro es que por más que se pueda tener un video con la confesión de los asesinos materiales, y digan ellos lo que digan, puede quedar un tufo de suspicacia entre algunos sectores de la sociedad y que éste, más que cualquier otro caso, pese a que ni siquiera fue en Veracruz, seguirá atormentando por mucho tiempo la imagen de Duarte. Quiero pensar que mientras éste último daba su conferencia este lunes a las 7 de la madrugada (no son horas), Miguel Ángel Mancera caminaba alegre por la calle de Madero apurándose a llegar a sus oficinas. Hasta ahí lo alcanzaron algunos monaguillos y le dijeron “Monseñor, nos están echando todo la carga política”.

Ya en su oficina y con la corte en pleno, solicitó consejo, y el que más le gustó fue que si Duarte le había relegado toda la responsabilidad del caso pues que él no pensaba quedarse así tan tranquilo, el chipote se iba a hinchar parejo. Despachó a sus hidalgos corredores que acababan de llegar con el pescado salado y les pidió que se regresaran corriendo por donde vinieron y le informaran al Señor de la Vera Cruz, que le fuera preparando unas empanadas con manteca porque en breve irían sus emisarios a levantar su declaración.

Lo demás ya lo debe saber, vinieron los chilangogerdarmes y levantaron una declaración que en sí no dice nada que no se hubiera dicho ya (¿esperaba algo distinto?). Flavino Ríos había dicho ante la Asociación de Periodistas Veracruzanos que el Gobierno no tenía nada que ver en el asunto. Duarte había dicho en su conferencia que a él ni lo fumaran porque no tenía nada que ver en el tema. E incluso la responsabilidad de la investigación, se ha repetido hasta el cansancio, recae en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal. Espero, realmente, que la verdad se imponga y que se den con los verdaderos culpables. Mientras tanto, el Gobernador Javier Duarte envió un mensaje a la sociedad que me parece importante y por eso aquí la transcribo.

“A la opinión pública:

El día de ayer le solicité al Dr. Miguel Mancera rendir declaración en el caso de la Colonia Narvarte.

Nunca he creído en el fuero, así que en un hecho inédito de la historia política y jurídica de México, personal de la Procuraduría del Distrito Federal estuvo presente en esta jurisdicción y recabó la información que yo pudiera aportar.

En dicha declaración respondí a todas sus preguntas y dejo claro que me deslindo totalmente de los acontecimientos ocurridos el 31 de julio en la ciudad de México.

Así como no creo en el fuero, tampoco creo en los linchamientos públicos que lejos de crear valor, alejan de la verdad y encubren a los verdaderos culpables.

La Verdad nos hará libres.

Javier Duarte De Ochoa

Gobernador de Veracruz

Xalapa, Veracruz, a 11 de agosto del 2015.”

Y hasta ahí por hoy.

Tome nota: felicito ampliamente a mi cuatacha Irma Chesty por su llegada como Enlace de prensa a la SEGOB. Irmita, héroe de mil batallas, te lo mereces.

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