«Ni los propios perredistas creen que vaya a haber un cambio de fondo en su partido, con la salida de Carlos Navarrete y su directiva. Desconfían de ellos mismos, de las tribus, de los líderes de las corrientes, de «Los Chuchos». No es para menos, llevan años jugando a la simulación. Lo expuso claramente Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del Sol Azteca. Si no desaparecen las corrientes, todo quedará en simulación. «Una renovación sin transformación no tiene sentido, no nos lleva a ningún lado», dijo». Lo comenta Martha Anaya en 224 Horas».