Rescato el título de un texto de Jorge Carrillo Olea, en el que habla de la idea del senador Fernando Yunes Márquez de “legislar y reformar en lo necesario la Ley de Seguridad Nacional, con el propósito de ‘proteger la actuación de las fuerzas armadas’”:
1. La incapacidad e ignorancia de los políticos panistas que han estado por lo menos en este sexenio y en el anterior, encargados de la Comisión de Seguridad Nacional del Senado, es sorprendente. El caso de Fernando Yunes es paradigmático, de quien sus amigos destacan que nunca ha brillado como un intelectual, ni como un académico, ni como un reflexivo ser humano ni religioso, ni inteligente, ni nada, acorde a su grisácea personalidad. No conoce de historia, no tiene mayor interés en las ideologías y no conoce a fondo las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y México, por lo que su papel como legislador está puesto en duda. Quizá los Estados Unidos lo presionan a través de su Embajada, como acostumbran hacerlo cuando quieren gestionar reformas constitucionales en México y como lo hicieron para llevar a cabo la privatización de Pemex. De igual manera, la oscura sombra que persigue a Enrique Pérez, el Secretario del Ayuntamiento donde despacha su hermano Miguel Ángel Yunes, y que a la vez es suplente de su padre, Miguel Ángel Yunes, es un lastre difícil de cargar. Seguramente, ahora que Fernandito tiene la pretensión de ser alcalde del Puerto, difícilmente debe saber cuáles son las cuatro fechas que hicieron a Veracruz heroica. Es el problema cuando personas incapaces llegan a los puestos de toma de decisiones.
También rescato de la memoria a Felipe González González, anterior presidente de dicha comisión, abarrotero de profesión, ignorante consabido pero buena gente, lo que de todos modos no sirvió para nada pues como Subsecretario de Gobierno federal con Fox, y antes como Gobernador de Aguascalientes, los índices delictivos y de inseguridad, así como académicos, de inversión, etc.,etc., se fueron al piso. Fue quien “aterrizó” la “reforma estructural” llamada Iniciativa Mérida.
2. Desde tiempos inmemoriales la repartición de comisiones en el Congreso se negocia. Sin embargo, es un peligro para México que personas como Fernando Yunes y Felipe González estén al frente de la Comisión de Seguridad Nacional.
3. También rescato de la memoria la Ley de Seguridad Nacional de Bush, reformada a partir del “ataque” a las Torres Gemelas. Esto produjo graves cambios que se concretaron en violaciones a los derechos humanos ya establecidos. Es decir, retroceso, control social, represión.
Dice Carrillo Olea en su texto: “La necesidad apremiante de regular las actividades a favor de la seguridad pública y la justicia es obvia. Hace décadas que es un tema que los poderes ejecutivos y legislativos han rehuido. No debe postergarse más; sin embargo, debe hacerse con la mayor cautela. Podría producir una rehechura del propio país en muchos órdenes que atañen principalmente a la democracia, a los derechos humanos y a la dignidad de las propias fuerzas armadas” […]
“Los reclamos a favor de la intervención de las fuerzas armadas en la seguridad interior se deben al aumento de la inseguridad pública y ciudadana, entendida como el incremento de violencia intrafamiliar, ejecuciones, desapariciones forzosas, homicidios, secuestros, extorsiones y robos con violencia.
“Por eso cabe preguntarse cuáles serían entonces las responsabilidades de gobernadores y presidentes municipales en caso de permitir la intervención legalizada de las fuerzas armadas en la seguridad interior. ¿Serían derogadas esas responsabilidades? ¿Y cuáles serían las derivaciones deformantes sobre las fuerzas armadas? ¿Éstas, en qué se convertirían? Policías y soldados no son lo mismo: aquéllos deben tener un espíritu protector, éstos un deber de exterminio. ¡¡Qué peligro!!”
¿A qué obedecen estas declaraciones del Senador? Lo desconocemos. Una explicación pública de sus dichos no serviría de nada. Sólo sus actos nos lo dirán…
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