El presidente, en abril del 2013, a cinco meses de arrancar su mandato, en la encuesta de Reforma tenía una aprobación de 50% y una desaprobación de 30% de parte de la ciudadanía, así como 78% de aprobación y 20% de desaprobación entre los líderes (Reforma, 31.07.15)

En julio pasado, de acuerdo con la misma fuente, el presidente obtiene la más baja valoración desde que inició su gestión con 34% de aprobación y 64% de desaprobación en el conjunto de la población, y 15% de aprobación y 84% de desaprobación entre los líderes.

La tendencia general en la valoración del presidente se mantiene a la baja. En los últimos 27 meses su aprobación ha caído 16 puntos y la desaprobación crecido 34 puntos en la valoración de la ciudadanía. Entre los líderes la aprobación cae 63 puntos y la desaprobación crece en 64 puntos.

Los números no son muy diferentes a los de la encuesta de El Universal. En febrero del 2013, el presidente tenía una aprobación de 56% y una desaprobación de 29% de parte de la ciudadanía. Esta encuesta no contempla el capítulo de líderes. (El Universal, 15.06.15)

En junio pasado, en esa encuesta, el presidente obtiene la segunda más baja valoración desde que comenzó su mandato, con 40% de aprobación y 53% de desaprobación en el conjunto de la población. En esta encuesta en los últimos 28 meses su aprobación ha caído 16 puntos y la desaprobación crecido 24 puntos en la ciudadanía.

La aprobación del presidente va en caída libre al tiempo que crece dramáticamente la desaprobación. En este tiempo nada de lo hecho por Los Pinos ha frenado esta tendencia. ¿Qué explica la valoración de la ciudadanía? Una primera respuesta podría ser un conjunto de hechos negativos, en sí graves y mal manejados mediáticamente, como Ayotzinapa, Tlatlaya, la Casa Blanca, Malinalco, Tanhuato, los viajes al extranjero y la fuga del Chapo.

Estos hechos coyunturales, que han tenido gran resonancia, afectan la imagen del presidente y su gobierno, pero no son la razón principal de la caída en la aprobación. El presidente no está gobernando bien en la visión de la ciudadanía: 76% de los ciudadanos y 93% de los líderes valora desfavorablemente cómo trata el problema de la corrupción. (Reforma, 31.07.15)

El 75% de los ciudadanos y 81% de los líderes valora desfavorablemente cómo trata el problema del narcotráfico. El 68% de los ciudadanos y 79% de los líderes valora desfavorablemente cómo trata el tema de la seguridad púbica. El 69% de los ciudadanos y 75% de los líderes valora desfavorablemente cómo trata la economía. Hay una coincidencia entre estos números y el porcentaje de desaprobación.

Al gobierno le urge hacer algo distinto a lo implementado hasta ahora, con el propósito de elevar la aprobación del presidente y reducir la desaprobación. Ésa es la tarea central de la comunicación gubernamental y de la oficina que está a cargo. Faltan todavía más de tres años de gobierno y nada indica que el presidente no seguirá cayendo en los niveles de aprobación. Más bien todo señala que eso va a continuar.