«Ni ríos de alcohol, ni botes de cerveza, ni mucho menos grupos musicales o la Sonora de Margrita. Tampoco hubo fiesta hasta largas horas de la madrugada, y por cierto no fueron ocho mil como lo dice «Proceso», fueron más de 10 mil personas las que convivieron con el alcalde sanadrescano, en su ya famosa e internacional fiesta de cumpleaños. Sea como sea, Manuel Rosendo Pelayo demostró convocatoria y músculo político. Este festejo puso a muchos en que pensar». Lo comenta el periodista que le gustan los tamales de elote y los dulces de nanche, Iván Calderón.