¡Oiga!, A punto de iniciar el ciclo escolar 2015-2016, y como es tradición, en la semana previa, los docentes son convocados a los cursos de actualización para mejorar su práctica docente. Cursos que se realizan en cuatro o cinco días, con una duración aproximada de 5 horas diarias; sin embargo, debo decirle que esto dista mucho que esto sea así, pues más allá de proporcionarles estrategias didácticas o dinámicas de grupo que ayuden a crear ambientes de aprendizajes más favorables, los docentes trabajan con documentos que difícilmente les serán de utilidad en el aula.
El caso que le quiero compartir, y que me imagino se reprodujo en todas las escuelas pertenecientes al sistema educativo veracruzano, es que del martes 11 al jueves 14 del mes que corre, profesores y personal de apoyo de la Escuela Secundaría General No. 5 “Manuel R. Gutiérrez” de la ciudad capital de los veracruzanos nos enfrascamos en sendas discusiones sobre el documento “Evaluación Interna. Aprender en la Escuela”, cuyo propósito general es que los docentes, directores, supervisores y asesores técnico-pedagógicos de los niveles y modalidades de educación básica, fortalezcan sus competencias para planear y desarrollar la evaluación interna, con el fin de promover una gestión que coloque en el centro de las actividades del plantel al aprendizaje de los estudiantes
Palabras más, palabras menos, durante los cuatro días que duró el curso-taller, los docentes nos descerebramos discutiendo sobre la evolución de la Gestión Escolar; si la evaluación interna es un asunto nuevo en las escuelas; sobre los avances y limitaciones que existen en México en materia de evaluación interna; la importancia de instaurar una cultura de autoevaluación; el significado de la evaluación interna, quiénes la realizan, la normatividad, así como la diferencia con la evaluación externa.
Mire usted, si no es que esté mal que uno conozca la mecánica de las evaluaciones internas que realizan los directivos, jefes de enseñanza, padres de familia o la misma comunidad a los profesores frente a grupo; como tampoco está mal que como grupo colegiado participemos en el diseño/ejecución del diagnóstico de la institución; lo que sí está mal es que no se reflexione sobre los saberes que transmitimos a los estudiantes y la pertinencia en su formación integral; que no se analice si lo que enseñamos va de acuerdo al perfil de egreso y las competencias que debe poseer; o que no se trabaje sobre modelos de programas de estudio sustentados en la forma de aprendizaje del estudiante y en necesidades específicas.
La anhelada educación de calidad, me parece cada vez más lejos de alcanzar, en tanto los secretarios de despacho, inspectores, supervisores, jefes de enseñanza, apoyo técnico –pedagógico y/o directivos escolares no logren entender que solo con el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educando se alcanzará; mientras no haya una verdadera profesionalización de los procesos educativos.
Verdad jurídica
En otro orden de ideas, me parece que el manoseo por parte de algunos líderes de opinión sobre el multi homicidio de la colonia Narvarte, ha llegado a un punto en el que si no se concluye que este fue ordenado por el gobernador del estado de Veracruz o algún funcionario de su administración, los periodistas y activistas sociales no van a quedar conforme. Cosa que pone una vez más en entre dicho la objetividad/veracidad de la socialización de los hechos noticiosos, dejándonos a la merced de los intereses comerciales de los grandes corporativos de la información.
No es mi ánimo ni postura el defender la falta de sensibilidad e inteligencia para atender temas como la seguridad a los compañeros comunicadores, que en el ejercicio de la profesión ponen en riesgo su integridad física, pero como tampoco apoyo el sesgo/manipulación de datos. El insistir en una sola causa del asesinato de las cinco personas, sin querer ver que quizás haya otros factores, insisto no abona, ni a la libertad de expresión, ni a la integridad del periodismo con causa.
Comentario Breve
La madrugada del lunes 17 de agosto de 2015, emprendió el viaje sin retorno la bailarina, coreógrafa, pedagoga, ceramista y empresaria Rocío Sagaón [Rosa María López Bocanegra, 1933] quien desde 1966 radicaba en la ciudad de Xalapa. Mujer de lento caminar, pensamiento creativo y generoso, es un referente nacional e internacional en el campo de la danza moderna y contemporánea, pues su presencia y participación el movimiento de las artes escénicas aún sigue siendo objeto de culto en varios países latinoamericanos y los Estados Unidos.

Con Rocío Sagaón concluye una de los pasajes más gloriosos y hermosos de la Danza Mexicana, así como del cine nacional. Su labor en la consolidación del Movimiento Escénico Moderno es invaluable; por lo que generaciones presentes y futuras son deudores y responsables de resguardas el legado que hombres y mujeres, que como ella, nos dejan para grandeza y orgullo de los mexicanos.