La transparencia en la función pública y en el uso de los recursos financieros ha sido una demanda social durante los últimos tres lustros. Los ciudadanos queremos saber en qué y cómo gastan los gobiernos el producto de nuestros impuestos.
Si bien apenas en la primera década del siglo se crearon los institutos de Acceso a la Información, aún no logran consolidarse a lo largo y ancho del país. Las causas son diversas, pero ninguna justificable.
En la semana que concluye se llevó a cabo la segunda jornada del Curso de Capacitación para la Elaboración de Proyectos de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos, en el Palacio Legislativo. Acudieron funcionarios de todos los ayuntamientos del estado y de los organismos operadores de agua en la entidad.
Ante ellos, el secretario de Fiscalización del Congreso del Estado, Tomás Bustos Mendoza, destacó “la importancia de promover una cultura institucional orientada hacia resultados eficaces en el gasto público: Que por una parte inhiba las prácticas irregulares e ilícitas, y por otro, permita realizar de mejor manera las tareas de fiscalización”.
La situación especial que prevalece en el país en materia financiera obliga a los gobiernos a racionalizar el gasto público, mientras que la sociedad se interesa más por este tipo de cuestiones, que antes nos eran indiferentes.
En días recientes hemos visto cómo nuestra moneda pierde valor ante el dólar, llegando a precios históricos. Los 17 pesos con los que inició ayer por la mañana son algo así como 17 mil pesos de los “de antes” de la reducción de los tres ceros. Tiempos lejanos en que por décadas se mantuvo el precio a 12.50 pesos.
Ante este panorama, todas y todos debemos tomar precauciones y ser vigilantes de lo que hacen nuestros gobiernos y sus dependencias. De ahí la relevancia de lo dicho por el Secretario de Fiscalización del Congreso: “Transparencia, rendición de cuentas y apego a la legalidad son elementos indispensables para generar, en la sociedad, confianza de que las instituciones aplican correctamente los recursos públicos”.
Saber elaborar los proyectos de leyes de ingresos y egresos municipales garantizará a los 212 ayuntamientos veracruzanos llevar sus gestiones administrativas en calma y paz social. No puede haber brincos, si tenemos el suelo parejo.
Las necesidades actuales se conjugan con los rezagos ancestrales, por eso hay que ser claro, preciso y transparente en el manejo y uso de los recursos del pueblo. Debemos enterrar en la historia los abusos de antaño, cuyas consecuencias pagamos hoy.
Si en el Porfiriato –decían– se podía amarrar a los perros con tiras de chorizo, hoy no podemos. Los tiempos han cambiado y nos toca enfrentar nuestras realidades.
Ojalá que estos cursos de apoyo y actualización a las autoridades municipales y organismos desconcentrados sean de utilidad para la sociedad. Que la confianza que hemos depositado en ellos mediante el sufragio no se defraude.
También se anuncia un nuevo curso que se impartirá a partir de noviembre, para la integración de la primera Cuenta Pública armonizada que los entes fiscalizables presentarán en enero próximo, de acuerdo con las reformas constitucionales y reglamentarias aprobadas por la LXIII Legislatura de Veracruz.
Por hoy es todo. Le deseo un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega.