«A propósito del dictamen de la SFP sobre la casa blanca y la relación de funcionarios con la empresa «Higa», hay cosas que son ciertas en algunas partes del mundo y muy ciertas en nuestra cultura. En el modo de funcionar en que vivimos, todos buscamos el contacto porque de otra manera no logramos nada. Cuando la actriz María Félix se enteró de que habría una devaluación, corrió a cambiar sus pesos por dólares y en 24 horas había duplicado su dinero. Lo consiguió gracias al pitazo de alguien que estaba bien situado y sabía esas cosas. Igual pasó con Martha Sahagún, su fundación «Vamos México» y los donativos recibidos. Nada de eso es ilegal. No por lo menos en nuestro marco jurídico. Porque en otros países sí lo es. Recordemos el caso en Estados Unidos de la empresaria Martha Stewart, que fue a dar a la cárcel por «información privilegiada» que le permitió vender a buen precio sus acciones de una empresa que luego se iría para abajo». Lo comenta Sara Sefchovich en «El Universal» de Ealy Ortiz.