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José Martínez Ruíz, mejor conocido por su seudónimo de Azorín, escribió El Político, un libro en el cual interpreta a otros grandes como Maquiavelo para poder dar 47 consejos de lo que un buen político debería ser. “Saber desentenderse” es uno de ellos, en él aconseja a la persona apartarse de aquellos que al viajar a la provincia le llenan de regalos y atenciones, pues al permanecer ahí se nubla el juicio.
Menciono lo anterior porque no sólo aplica al visitar una entidad o país. Cuando alguien se rodea de amigos adinerados, viaja repleto de lujos y sus colaboradores también se encuentran en condiciones de opulencia, difícilmente entenderá que hay un mundo distinto, en el cual la economía sufre los estragos de su desatención.
Probablemente esta es la situación que hoy en día tiene que enfrentar nuestro Presidente, Enrique Peña Nieto. Después de haber sido gobernador, contar con un equipo de tecnócratas y realizar viajes costosos al extranjero, por no mencionar la adquisición de bienes, es evidente el por qué se le da más importancia a un par de calcetas que a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el multihomicidio de la colonia Narvarte o la fuga del Chapo Guzmán.
Bien dicen que “no es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe enmendar”. El poner en la agenda noticiosa su outfit deportivo puede ser parte de una estrategia similar a la manejada por el Presidente del País vecino, Barack Obama, quien mantiene un perfil cercano a la población a través de sus redes sociales. Los analistas de tendencias incluso le atribuyen a este recurso su triunfo y simpatía con la población.
No obstante, lanzar un tweet como el del #calcetagate requiere de un análisis previo, mismo que no dudo se hizo, pero dejó de lado que el país atraviesa múltiples crisis de las cuales no se aclara nada. Y por intentar comprobar que sí sabe ponerse unas calcetas, la opinión se dirigió hacia la falta de esclarecimiento de problemáticas que sí son importantes, el hash tag #Calcetagate obtuvo el quinto lugar como trending topic mundial y el número uno en México.
Tal como el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos dijo recientemente, “Los servidores públicos estamos obligados a actuar, de tal manera, que nuestras acciones no provoquen, ni sospechas, ni malinterpretaciones”, así mismo Sostuvo que la confianza de la sociedad “no la vamos a recuperar con discursos. Sólo la vamos a recuperar con acciones concretas”, y se comprometió a trabajar para demostrar que las reformas estructurales sí pueden cambiar la vida cotidiana de las familias mexicanas.
¿Será que al fin abren los ojos? ¿O más bien es el miedo a perder nuevamente el poder en las próximas elecciones? Cualquiera que sea el impulso de estas nuevas estrategias, esperemos sea un verdadero intento de rescate de los mexicanos y no de la silla presidencial.