Una mujer no puede ir a la cantina con los líderes sindicales para emborracharse y negociar. No puede irse a tomar un café con un señor. El cargo de Secretario Académico no es para una mujer…
Éstas fueron las palabras de recibimiento hace unos ayeres para Sara Ladrón de Guevara al asumir dicho puesto en la UV… hoy, es la única mujer rectora en una universidad pública estatal a nivel nacional.
Sara hizo una profesión que muchos pueden considerar de hombres ¬la arqueología¬ y recuerda que cuando había que hacer trabajo de campo, a pesar de tener más mérito curricular, mandaban a un hombre y sólo escuchaba “es que es mujer”.
Y es esta mujer la que se sincera en esta ocasión con los miembros de la Apever Noé Valdés, con los que platica, ríe, bromea, responde y expresa su preocupación sobre lo que acontece en la Máxima Casa de Estudios: la Universidad Veracruzana.
¿Qué hemos hecho? ¿Qué nos falta por hacer? ¿En qué momento nos encontramos? Fueron sus preguntas que poco a poco fue contestando durante el desarrollo de la sesión.
Durante su administración resaltó la meritocracia y la cultura de la evaluación, pues en la UV se había perdido la evaluación para obtener plazas y experiencias educativas (materias) puesto que anteriormente eran asignadas por la cúpula sin un concurso; actualmente, los espacios son ganados por los méritos y visión académica, aunque estos métodos le han propiciado polémicas opiniones y generado muchas molestias, debido a que ha acabado con cotos de poder y hasta se ha llegado a pensar que esos concursos son para que la rectora meta a sus amigos. Desde luego que sería un absurdo, puesto que si lo hiciera, entonces se retomaría el modelo anterior… por dedazo.
En la actualidad, además de los catedráticos, los alumnos también son evaluados, incluso “nosotros nos autoevaluamos para mejorar nuestro modelo educativo ¿en qué otra universidad pública o privada han visto alguna vez una noticia sobre su modelo educativo?”, señaló orgullosa.
Dentro de las adversidades que le han tocado, señala la violencia, (recordemos los universitarios golpeados, maestros y alumnos asesinados), aunque consideró que no es un tema que sólo afecte al estado, sino es de índole nacional. Al respecto considera que siempre está atenta y se expresa al respecto a través de las redes sociales, puesto que llegan a un mayor número de población.
Al tocar el tema de la situación crítica de las finanzas, comentó que no es exclusivo de la UV, afecta al estado y al país, incluso a otras universidades.
Adelantó que se prevé que el recorte que está haciendo la Secretaría de Hacienda a otras universidades nacionales afecte a la UV, a pesar de que se tiene otra fuente presupuestal mayor: los recursos estatales, aunque si esto sucede, se hará una reingeniería del gasto y se analizará aumentar la matrícula con modelos virtuales; aprovechando las nuevas tecnologías ¡sí es posible crecer!
Celebró que después de dos años de gestión, desde hace dos meses, el presupuesto federal llegue directamente a las cuentas de la máxima casa de estudios.
Financieramente no ha sido fácil, pues recibe la universidad con cuentas por cobrar por 900 millones de pesos… ¡no estaba en ceros! así como obras de infraestructura detenidas.
Un poco más relajada y con franca sonrisa, la mujer con dije de flor de lis platicaba orgullosa del enorme trabajo de vinculación con la sociedad que hace la Universidad: como las casas UV, las brigadas, la atención a productores y distintos quehaceres que no cuentan en los rankings internacionales, que sin embargo, le hacen sentir orgullosa de la comunidad que dirige.
Toma aire y cuenta que el miércoles estuvo con 200 jóvenes de la Universiada ¡echaba porras! ¿y por qué no? “Ganamos medalla de oro en futbol soccer, ¡le ganamos a la UNAM! Así como el primer lugar en Judo con Sara Beatriz Hernández, quien también se fue a Corea a luchar y quedó en noveno lugar internacional. ¡Cómo no le voy a echar una porra a mis deportistas!, ¡cómo no le voy a echar una porra a Sarita!”, expresó feliz.
Ante los cuestionamientos de por qué no hay más lugares para alumnos rechazados, recordó que el año pasado se abrieron 600 nuevos lugares y lamentó no tener capacidad para todos los jóvenes que salen del nivel medio superior; indicó que los espacios que se dan son los que se ganan por su esfuerzo y por méritos, y no por capacidad económica, como en las particulares. “La UV tiene que considerar cuántos van a encontrar trabajo, cuántos requiere la sociedad y sobre todo, a cuántos formar con calidad, por lo que sería irresponsable abrir más lugares de medicina, derecho o contabilidad”. Por el contrario, están modificando los planes de estudio de carreras sin demanda para hacer atractiva la oferta, y ha dado resultado.
Con respecto a la acreditación, indicó que el80% de los estudiantes lo hacen con programas acreditados y cuando llegó, ningún programa tenía acreditación, aunque señaló que ésta tiene caducidad. La de medicina es muy importante y ya está prevista la visita de los evaluadores en la región de Veracruz-Boca del Río. “Tengo el compromiso de que todas las facultades de medicina sean acreditadas”.
En los dos años que le restan, espera generar conciencia en la equidad de género; que los valores se incluyan en la formación de los jóvenes, como los éticos; llevar educación de calidad a muchas personas que no han tenido acceso; procurar apoyo a personas con capacidades diferentes; y subrayó que la equidad significa derecho a la salud, sustentabilidad, cuidado del medio ambiente.
A pesar de que fue criticada por muchos medios con respecto a la reunión con los diputados que tomarán protesta este primero de septiembre, la rectora indicó que lo hizo porque el primer documento que tendrán en sus manos será el presupuesto que espera no decaiga, porque es inversión.
En la academia, “estoy en contra de la cuota femenina, aunque en el tema de los partidos estoy de acuerdo con ella, porque si no la ponen, ‘no las dejan’ y justo es que a la mujer se le tome en cuenta en un país que somos mayoría”.
Tanta controversia creó su comentario que la rectora recordó a la doctora Honoris Causa Amelia Valcárcel y parte de su discurso: “las mujeres debemos luchar ahora por nuestro derecho a ser mediocres”, porque resulta que “para que una mujer tenga un trabajo, tiene que ser magnífica, pero recordemos ¿cuántos varones mediocres están en tan altas posiciones? ¿todos los varones en los partidos políticos son magníficos? Vamos a ser mejores en la medida que nos den oportunidades”.
Finalizó: en la academia, no vale la cuota; en la Universidad no pido Cuota y no llegué por cuota.
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