No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Finalmente se dieron los movimientos –no necesariamente los esperados-, pero algo se movió ya en el gabinete del Presidente Enrique Peña Nieto. Fueron diez los cambios, pero solo dos llaman verdaderamente la atención, solo dos importan por lo que podrían implicar con miras al 2018: los de José Antonio Meade Kuribreña, que pasa de Relaciones Exteriores a la Secretaría de Desarrollo Social y el de Aurelio Nuño Mayer, que migra de la poderosa Jefatura de la Oficina de la Presidencia a la Secretaría de Educación Pública.
En total fueron diez los cambios pero en realidad los que trascienden son los ya mencionados, los demás, con todo respeto, no generan ningún interés más allá de que se podría esperar a partir de ellos un mejor funcionamiento y mejores resultados en las dependencias y entidades involucradas. El paso de Claudia Ruiz Massieu Salinas de Turismo a Relaciones Exteriores; de Enrique de la Madrid Cordero de Bancomext a Turismo; del de Rosario de la Sedesol a la Sedatu; el ascenso de Rafael Pacchiano Alamán de una subsecretaría a la titularidad de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y la incorporación de un ex gobernador exitoso como José Calzada Rovirosa, que deja el gobierno de Querétaro para hacerse cargo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (¿existía una Secretaría así, qué es lo que hace?), son cambios que, están bien, tal vez eran necesarios pero, la verdad, son “como sin embargo”.
Ya ni hablar de Renato Sales Heredia a la Comisión Nacional de Seguridad, de José Reyes Baeza a la dirección general del ISSSTE y de Francisco Guzmán Ortiz a la oficina que deja vacante Aurelio Nuño Mayer, que implican también una relativa importancia, pero que, salvo la de Sales Heredia que releva a Monte Alejandro Rubido, movimiento casi obligado después de la fuga del “chapo” Guzmán, tampoco son como para decir ¡qué cambios!, la verdad es que no se espera un mejor funcionamiento en cada una de las dependencias y entidades involucradas en los cambios. Enrique de la Madrid Cordero, por ejemplo, es un profesional muy competente, un tipo muy serio, por añadidura hijo de un ex Presidente, Miguel de la Madrid Hurtado, un hombre también muy serio, pero Enrique no es un especialista en turismo, no conoce al sector, no tiene ninguna experiencia en esa industria y pasa lo que siempre pasa, se sigue pensando que nuestros políticos son tan versátiles que están preparados para ocupar cualquier cartera.
En turismo, desde Antonio Enríquez Savignac que provenía del sector y era un verdadero conocedor del ramo (fue secretario en el gobierno de Miguel de la Madrid), no ha habido un o una especialista que conozca y haya trabajado en esa importante industria, y lo mismo se puede decir de Claudia Ruiz Massieu o de Rosario Robles, que lo mismo pueden ocupar una cartera de determinadas y específicas características para luego hacerse cargo de otra diametralmente opuesta. A ver cómo se desempeñan las nuevas y los nuevos titulares en sus nuevos encargos, ojalá les vaya bien por bien de México.
Pero los cambios que atraen la atención por lo que eventualmente implican o pueden implicar en el futuro son los de José Antonio Meade Kuribreña y de Aurelio Nuño Mayer. El primero, que además dicen quienes lo conocen personalmente es un tipo muy de suelo, sencillo, sin dobleces, y realmente competente y de resultados, arriba a su cuarta secretaría en el transcurso de dos sexenios. El hombre fue Secretario de Energía y de Hacienda y Crédito Público con Felipe Calderón y en el actual comenzó como Secretario de Relaciones Exteriores y ahora como titular de Desarrollo Social. De entrada se pensaría que es una posición del Luis Videgaray Caso, pero no, Pepe Meade llega dotado de un cartel propio que lo coloca como un inevitable y obligado aspirante a la sucesión en 2018.
De Nuño Mayer, al que se le ha catalogado como “el chico maravilla”, sin duda es el hombre que más cercanía tenía con el Presidente. Se dice y se sabe que fue el gran operador de Enrique Peña Nieto para sacar adelante las reformas estructurales, que en este proceso era como los ojos y los oídos del Presidente, y en especial, se dice y ha trascendido, que fue una pieza clave en el diseño y construcción de la reforma educativa. Llega a ocupar la principal silla de un escritorio que han ocupado José Vasconcelos, Narciso Bassols, Ignacio García Téllez, Jaime Torres Bodet, Agustín Yáñez y Jesús Reyes Heroles, y llega en el momento en el que apenas empieza a instrumentarse la reforma educativa después de un período crítico y de gran tensión por el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo y los problemas con las agrupaciones sindicales disidentes del SNTE.
En entrega anterior dije que Nuño Mayer es una promesa inacabada aun de un político con toda la barba, sigo pensando lo mismo a pesar del enorme encargo que el Presidente Peña Nieto ha puesto en sus manos. ¿Que es un aspirante natural para el 2018?, seguramente, con él se abre también la baraja, ya hay dos con mucho desgaste (Osorio Chong y Videgaray Caso) pero que no han dejado de ser las punta de lanza del gobierno peñanietista, y se agregan Pepe Meade y Nuño Mayer, al que, a pesar de todo, me parece que le falta crecer, le falta cuajar aún más para convertirse en un verdadero proyecto para el 18. Ojalá no le pase lo que a Esteban Moctezuma Barragán que muy joven llegó a ser Secretario de Gobernación con Ernesto Zedillo, pero que nunca creció hasta perderse en la presidencia de una fundación trivial. Ya se verá si Aurelio está a la altura de las difíciles circunstancias que se vislumbran para el país en los años por venir.
Del Vampiro de Palo Verde.- Esta semana la APEVER desayunó también con la señora rectora Sara Ladrón de Guevara. Al igual que a Nuño le ha tocado un entorno económico difícil, no obstante, algo que hay que apreciar en la rectora es su inagotable entusiasmo, su espíritu universitario y la defensa de la necesaria equidad y paridad de género.