A quienes les gusta el deporte de enviar o interpretar mensajes cifrados… a quienes le creyeron a don Jesús Reyes Heroles eso de que la forma es fondo… a quienes son expertos en el grácil arte de la exégesis política… a todos ésos les cayó todo un veinte el pasado 1º de septiembre, cuando el propio Secretario de Gobernación, don Miguel Ángel Osorio Chong, llegó al Palacio Legislativo de San Lázaro, en el DF, para entregar en tiempo y forma el documento que contiene el tercer informe de labores del presidente Peña Nieto.
Y les cayó el veintote porque en la comitiva que lo acompañaba iba, ni más ni menos que Anilú Ingram, vestida con un elegante y rabioso vestido rojo, guapa como siempre, segura de sí como antes.
Raro, extraño, paradojas de la vida: ella que no llegó a la curul, fue la única veracruzana que estuvo presente en esa importante ceremonia, la más en este momento en que acaba de integrarse la LXIII legislatura federal.
Esa invitación del titular en el edificio de Bucareli le dijo mucho a muchos acá en el cotarro, y ya se andan haciendo cábalas de hacia dónde dirigirá su carrera política en adelante la diputada local con licencia por el Puerto de Veracruz, quien fuera Presidenta de la Mesa Directiva del Congreso estatal.
Algunos enterados afirman en voz baja pero con toda seguridad que el propio licenciado Osorio invitó a Anilú a que se integrara en un puesto importante dentro del gabinete peñanietista, que podría ser una dirección general en Gobernación o hasta una subsecretaría en Turismo.
Otros dicen que no, que la licenciada Ingram Vallines más bien vendrá a Veracruz como delegada, ya sea de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, en lugar del eficiente Pedro Yunes Choperena -quien a su vez iría a una posición relevante en el gabinete estatal- o de la Secretaría de Desarrollo Social, ahora que Marcelo Montiel Montiel está a punto de presentar su renuncia por motivos de salud y otras pequeñeces.
Estos días de informe presidencial han estado demasiado ocupados como para que se dé la solución al pendiente de Anilú, pero la próxima semana seguramente estaremos escuchando noticias sobre esta inteligente mujer dedicada en cuerpo y alma a la política, que además añade la fortuna de estar casada y mantener una estable pareja con un misanteco-español, lo que no es poco.
Pasadas las vicisitudes de la elección de junio, digerida la derrota multirrazonal que le vedó la diputación, restañadas las heridas y con el ánimo recompuesto, Anilú Ingram Vallines toma la enseñanza de su madre, de la siempre luchona Ana María, y se dispone a continuar su carrera. Frente a ella hay un nuevo desafío, sus horizontes se han ensanchado y sus expectativas son mejores porque ella las ha sabido hacer crecer.
Va a tener más éxito en lo sucesivo… ya se irá viendo.
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