De verdad muy visceral se vio la posición del Senador Javier Lozano—que no es de extrañarse en él–, durante la comparecencia del Dr. Miguel Basáñez Ebergenyi aspirante a ocupar el cargo de Embajador de México en Washington, frente a la bancada del Partido Acción Nacional, al argumentar que éste no posee el perfil idóneo para obtener dicha investidura: «Ese señor no tiene el tamaño ni la capacidad ni la experiencia ni los conocimientos ni la estrategia para ocupar la Embajada de Washington». ”Hicimos un buen ejercicio con él, pero sólo para evidenciar que no tiene con qué y, si tiene otras credenciales, que las utilice para otra cosa pero no para ser embajador en Estados Unidos”.
Opinión que no concuerda con la mayoría de senadores panista y los de otras bancadas, que si lo aceptan y seguramente darán su voto a favor. , como así lo ha expresado Fernando Herrera, Coordinador de los Senadores de esa fracción parlamentaria, que menciona que el próximo jueves le darán el voto para ratificarlo con la intención de que no llegue debilitado como Embajador de México.
Sin embargo haciendo un análisis, tanto de los embajadores en México en Estados Unidos de Norteamérica, como de los que han llegado del vecino país a ocupar la embajada al nuestro y revisando los perfiles de cada uno, se observa que no todos tienen formación profesional dentro del servicio exterior, antes de ocupar el puesto. Es cierto, son profesionistas con altos grados académicos, maestros universitarios o funcionarios de gran jerarquía, pero sólo muy pocos poseen la disciplina de las relaciones internacionales, experiencia en el área de seguridad nacional o en el servicio diplomático.
Veamos algunos ejemplos de quienes han sido embajadores de México en los EEUU en los últimos 27 años:
Gustavo Petricioli, (de 1988-1993) Economista, académico, fue Presidente de la Comisión Nacional de Valores y Secretario de Hacienda con Miguel de la Madrid, antes de llegar al cargo.
Jorge M. Montaño y Martínez, (de 1993-1995) Abogado, Dr. En ciencia política, académico de la UAM y del ITAM. Sin experiencia diplomática.
Jesús Silva-Hersog Flores, (de 1995-1997) Economista, Académico de la UNAM y el Colegio de México, a partir de los años 80 empezó en la diplomacia
Jesús Reyes-Heroles González-Garza, (1997-2000) Dr. En economía, exSecretario de Energía en el gobierno de Ernesto Zedillo. Sin carrera en el servicio exterior antes de ocupar el cargo.
Juan José Bremer (de 2001-2004) Abogado, empezó la diplomacia en 1982, antes había sido funcionario en la SEP fungiendo como Subsecretario de Cultura, Director de Bellas Artes, Secretario privado del Presidente Luis Echeverria.
Carlos de Icaza González, (de 2004-2006) Lic. En relaciones internacionales, Ingresó al servicio exterior mexicano en 1970, en 1982 es ascendido al rango de Embajador y en 2005, se le otorgó la distinción de Embajador Eminente
Arturo Sarukhan, (de 2007-2013) Licenciado en relaciones internacionales, con carrera diplomática en el servicio exterior.
Eduardo Medina Mora, abogado, (de 2013-2015) Dtor. Del centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN), Secretario de Seguridad Pública, fue Procurador de la República en la presidencia de Felipe Calderón
Alejandro Estivill Castro, (2015), especialista en literatura mexicana y Dr. en Literatura, ingresó al servicio exterior en 1993. Académico de las universidades de Harvard y el ITESM, ocupó el cargo hasta el 10 de marzo de 2015
En el caso de los embajadores de los EEUU en México, han enviado a los siguientes:
John D. Negroponte, 1989-1993 en la Presidencia de George H. W. Bush (padre), Diplomático desde los años 70. Formado en la CIA.
James Robert Jones, 1993-1997, siendo Presidente Bill Clinton, exrepresentante en el Congreso, y sin antecedentes diplomáticos.
Jeffrey S. Davidow, 1998-2002, igualmente con Bill Clinton, trabajo 30 años en el servicio exterior estadounidense. Formó parte de la CIA.
Antonio (Tony) O. Garza, 2002-2009- con George W. Bush, abogado, servidor público y asesor en cuestiones tras-fronterizas de mercado.
Carlos Pascual, 2009-2011 siendo Presidente ya Barack H. Obama, con carrera diplomática.
Earl Anthony Wayne, 2011- a la fecha, igualmente con Barack H. Obama, exSecretario de Estado para asuntos económicos (2000-2006) y a partir de ahí incursionó en el servicio exterior.
Y la actual propuesta del Presidente Barak Obama hecho en el mes de junio pasado que espera ser ratificada por el Senado, Roberta Jacobson, Secretaria de Estado adjunta para asuntos del Hemisferio Occidental, diplomática de carrera durante casi 3 décadas.
Pero hoy son otros tiempos. Y, desde mi punto de vista el perfil de Miguel Basáñez está de sobra para ocupar el cargo y para ello retomo el análisis que hace Carlos Ramírez en su columna Indicador Político, de fecha 31 de agosto donde dice:
“Como politólogo, Basáñez entiende muy bien las relaciones de poder. Su comprensión de las relaciones con EU viene justamente de su enfoque sobre la crisis de México y la necesidad de profundizar las reformas democratizadoras en función de los intereses nacionales. No es antiamericano, pero tampoco se le conoce una subordinación al imperio. En todo caso, Basáñez comprende el rumbo y el ritmo político mexicano hacia la democratización y lo contextualiza desde el punto de vista de los intereses mexicanos”.
“El perfil académico y politológico de Basáñez , encaja muy bien con el escenario de la recomposición política y geopolítica de EU en la deteriorada y enclenque era Obama: los nuevos enfoques con Irán, Cuba, Venezuela, el retiro militar de la zona árabe, la geopolítica de seguridad nacional del petróleo, los abusos del gobierno de Obama en materia de violación de derechos con el aumento del espionaje nacional e internacional, el fracaso de la reforma migratoria, el ascenso de Donald Trump y las corrientes racistas, el enfoque dominante republicano hacia México como una pieza de seguridad nacional estadunidense, el colapso de la Unión Europea y la estrategia imperial de Putin, son algunos de los escenarios urgentes a procesar, clarificar y asimilar desde una diplomacia geoestratégica. De ahí la importancia de un embajador como Basáñez en la tarea de precisar los intereses mexicanos en la geopolítica estadunidense y la necesidad de que México regrese a la diplomacia activa desde la perspectiva de sus propios intereses geopolíticos.
Igualmente, vale la pena mencionar la opinión de James Robert Jones, exembajador de los EEUU en México, al referirse a la propuesta de Miguel Basáñez, para el cargo antes mencionado. Las preguntas fueron: ¿Qué características debe tener un buen embajador? Y ¿hasta dónde los académicos pueden ser buenos diplomáticos? Refiriéndose a Miguel Basáñez. Y Sus repuestas fueron:
“Considero que, uno, debe ser realmente sensible a la cultura del país en que se hospedará; dos, debe comprender la cultura política del país; y tres, es muy importante que esté más cerca posible del Presidente como para llamarle por teléfono en cualquier momento”. Igualmente respondió a la segunda pregunta: “Sí, los académicos pueden ser buenos diplomáticos, aunque no siempre fue así. Los académicos como cualquier otra profesión cuentan con gente altamente calificada que pueden ejercer como diplomáticos y otros no. Un aspecto a favor de Basáñez es que tiene una larga trayectoria analizado las estructuras culturales, políticas y económicas de México. Además tiene un buen conocimiento de la política norteamericana. Esas son características importantes y necesarias para ser embajador”.
Ante estas aseveraciones vale la pena recordar el perfil profesional y político de Miguel Basáñez Ebergenyi: es Licenciado en Derecho, por la UNAM, tiene dos maestrías, una en Administración Pública por la Universidad de Warwick y otra , en Filosofía Política por la Universidad de Londres, Inglaterra, además es Doctor en Sociología política por la propia Universidad de Londres. Se ha desempeñado en diversos cargos en la administración pública, destacando entre ellos: Director general de evaluación de la Presidencia de la República, Secretario Particular del Secretario de Energía y Procurador de Justicia del Estado de México. En el ámbito académico, fue Director asociado del Instituto de cambio cultural de la escuela Flecther de la Universidad de Tufts y Director de Proyectos Especiales de la Investigación y docencia de esta institución. Autor de numerosos libros, artículos y sobre todo investigaciones relacionadas con procesos geopolíticos y encuestas electorales.
Luego entonces ¿de dónde le viene el dolo al Senador Lozano? y conste que en ello no me gana mi afecto por tratarse de un veracruzano, y además Tuxpeño.
La realidad es que Basáñez, no ha necesitado tener el grado de diplomático porque en sí mismo con su trabajo en otras naciones ha dignificado la imagen de nuestro país frente al mundo, particularmente en la investigación. Pero también su formación y práctica profesional como abogado, sus resultados en el servicio público que le ofrecen experiencia de Estado y, su formación como politólogo de alto nivel lo habilita totalmente, para poder desempeñar en forma adecuada el cargo de Embajador de México en los EEUU.
Pero tiene a su favor otra cosa adicional: ser una persona muy sencilla, honesta, con bases y valores familiares y profesionales inmejorables lo que garantiza un desempeño a la altura de las expectativas de lo que espera el Presidente de sus colaboradores; y México, en razón de los problemas que se presentan a diario derivado de nuestra vecindad con los Estados Unidos de Norteamérica, llegando en momentos en que se necesita firmeza, pero al mismo tiempo excelente nivel en el trato diplomático con este país.
Y seguramente esa será su tarea en adelante, una vez que el Senado de la República le conceda el voto aprobatorio y se convierta en el próximo Embajador de México en los EEUU con sede en Washington.
Como veracruzanos, debemos desearle suerte.
Gracias y hasta la próxima.