Cien niños sirios que se han quedado huérfanos a causa de la guerra en su país podrían encontrar un hogar en la residencia de verano del presidente uruguayo José «Pepe» Mújica, «una casona situada frente a un río que está rodeada por onduladas praderas» según «Yahoo News». Este sería el paisaje que daría la bienvenida a alguno de los cientos de miles de refugiados desplazados por el torbellino político sirio. A Mújica se le conoce como «ex-presidente más pobre del mundo», que calza sandalias, conduce un Beetle de 1987 y vive en una granja muy sencilla. Donaba la mayor parte de su salario mensual a causas benéficas. Es una nota que publicó el portal «Rebelión» y la subió Oscar «Líder» Olvera al Facebook.