Slavoj Žižek

Editorial Sexto Piso

Madrid, 2014

El controvertido filósofo esloveno Slavoj Žižek (Liubliana, 1949) se ha convertido en un rock star de la filosofía y autor de culto. La crítica coincide, con todo, en calificarlo “como uno de los filósofos vivos más interesantes y uno de los teóricos de la izquierda más sugerentes”. En su elaboración filosófica dialoga, de manera permanente, con los grandes filósofos, también psicoanalistas, con las expresiones cotidianas de la cultura (el cine, el teatro, la música, la literatura, la pintura…) en el esfuerzo de entender el mundo en el que vivimos y vislumbrar hacia dónde vamos. La crítica los ubica como un provocador inteligente, que cuestiona y hace pensar.

Diálogos con Dios de fondo
Žižek plantea que “el acontecimiento es precisamente aquello que no puede ser creado, lo que nos sorprende. El mejor ejemplo que se puede dar de la idea de acontecimiento es enamorarse de alguien. Es algo contingente, sencillamente sucede, pero cuando uno se enamora su vida cambia por completo. Cuando uno se enamora lo primero que hace es reconsiderar toda su vida en perspectiva, como si se tratara de una preparación para ese momento milagroso. Pero lo importante no es tanto el acontecimiento en sí mismo sino la fidelidad con la que uno decide comportarse respecto a él. En el caso del amor, la fidelidad al acontecimiento consistiría, por ejemplo, en asumir por completo las consecuencias de haberse enamorado”.

Otra manera de entender la realidad del acontecimiento, dice Žižek, es como “algo traumático, perturbador, que parece suceder de repente y que interrumpe el curso normal de las cosas; algo que surge aparentemente de la nada, sin causas discernibles, una apariencia que no tiene como base nada sólido”. Así, un acontecimiento no solo afecta al presente y al futuro sino que también deja su huella en la interpretación que se hace del pasado. El filósofo en el texto analiza distintos tipos de acontecimientos relacionados con la política, el psicoanálisis, la religión y la filosofía.

Los tres grandes acontecimientos de la filosofía para Žižek están personificados en el pensamiento de Platón, Descartes y Hegel. En su visión cada uno de ellos representa una ruptura con el pasado de tal manera que la filosofía que les sigue, a cada uno de ellos, se centra en aceptar o ampliar su reflexión o en descalificarlas. El filósofo, en cada caso, analiza el acontecimiento filosófico que implicó la obra de cada uno de ellos. Ésta puede considerarse, para decirlo de alguna manera, en la parte más filosófica del texto.

Žižek, en la parte final, sostiene que ante la sucesión interminable y constante de los acontecimientos que suceden hoy día estos pierden su fuerza y no producen el impacto esperado, se neutralizan o desarticulan. De esta manera no hay un cambio de paradigma o una revolución para crear un orden nuevo. Lo que tenemos es una realidad donde la “anormalidad”, el acontecimiento nuevo, asume la condición de “normalidad”. Así se hace realidad el viejo refrán de que “todo cambie para que todo siga igual”.

El texto, en ocasiones de lectura difícil, siempre es interesante y está lleno de ideas sugerentes en el esfuerzo de entender la realidad y el conjunto de los fenómenos que la rodean. Es una elaboración filosófica distinta y también sugerente. Žižek, de sólida formación teórica y basta cultura, para construir sus pensamientos echa mano de la cultura popular, que cruza con ideas de la gran filosofía, de la ciencia y también de las tradiciones espirituales de Oriente y Occidente. Lo que me resultó más interesante es constatar la forma que articula la producción cultural del momento, la “seria” y la “popular”, con el esfuerzo de explicar y comprender la realidad de hoy.

Versión original: Traducción al español de Raquel Vicedo.

@RubenAguilar