Reunido con unos amigos cordobeses, que aman su ciudad, escucho atentamente mencionar lo que ellos consideran lugares atractivos. Particularmente hay gran expectativa por un equipo de video que se va a estrenar la noche del 15 de septiembre, que va a permitir usar la fachada del palacio municipal como pantalla para presentar desde juegos de luces y sombras, hasta efectos de video y sonido. Algo que será un hito en materia turística para la zona centro del estado.

Los escucho con tristeza, pues defienden y aman lo suyo, sin darse cuenta de que lo suyo es muy poco, comparado con lo que hay más allá de las fronteras del municipio. Todavía recuerdo que siendo niño, mi madre de cuarenta años, me decía que cada vez que venía a Córdoba, la encontraba igual. Hoy, cuarenta años después yo puedo decir lo mismo. Mientras en el centro y norte del país hay un dinamismo impresionante en el crecimiento de las principales ciudades, a tal grado que deja uno de visitarlas y en pocos años están irreconocibles, nosotros en el sur del país, avanzamos a paso muy lento y cansino, con la abulia típica de los pueblos bañados por el sol.

Cuando me preguntan a mí, que opino, y de que podría presumir a Córdoba, les comento que el plan de apoyo a cafetaleros que está llevando a cabo el ayuntamiento de Córdoba es algo digno de presumir, pues prácticamente están marcando el camino de lo que hay que hacer para resolver –cuando menos en parte- los problemas que hoy enfrentan los productores de café. Y con su trabajo, están logrando una reactivación económica dentro de su ámbito que es el municipio, trabajo que debiera replicarse por razones de supervivencia social en todas las regiones cafetaleras del país.

Todos sabemos que la roya ha afectado de manera brutal las plantas de café de Veracruz y Chiapas. Entendemos que la producción será mucho menor los próximos tres o más años (depende de la reacción de las organizaciones y de la reacción de los gobiernos municipales, estatales y federales). Al tener menor producción (hablamos de una reducción de entre el 40 y el 70% según la zona), habrá menos liquidez en la economía local y regional, con lo cual todos nos veremos afectados.

Esas plantas tienen que ser sustituidas por otras que tengan mayor resistencia a la plaga. Pero después de ser sembradas, tardarán tres años cuando menos en comenzar a producir. El ayuntamiento de Córdoba estableció un programa piloto de viveros comunitarios, con el fin de que sean los propios productores quienes generen la planta que va a sustituir a la dañada. Además de ello, ha comprado planta a viveros grandes, con el fin de adelantar la sustitución de planta y reactivar la economía del sector lo más pronto posible.

Previniendo un problema social, ante la falta de dinero para alimentar a sus familias, a los productores de café se les está entregando semilla especialmente desarrollada por el INIFAP tanto de frijol como de maíz, con el fin de que utilizando el policultivo, tengan opciones de alimentación en tanto sus plantas de café comienzan a producir. Pero además se les da capacitación y se les apoya, con el fin de que no pierdan esos cultivos alternativos que les permitirán sortear la crisis.

Un amigo enseguida protesta y me dice que el ayuntamiento de Córdoba tiene su reserva de votos en la zona rural, y por ello le presta tanta atención. Mi respuesta es una frase enorme: ¨¿Y?¨….. Así es, por las razones que sea, la atención al sector rural es prioritario en el país, así que si esa es la razón o cualquier otra, de todos modos vale la pena lo que se está haciendo, y debiera replicarse.

Otro más en la mesa, con jiribilla me pregunta ¿y que fallas le ves al proyecto del municipio?. Le digo que tiene puntos a mejorar, pero que como siempre, unos cuantos se sienten sabios y no escuchan a nadie, así que aprovecharé para comentarlo por este medio:
1.- Se olvidan de los cortadores de café. Esas familias que verán mermados sus ingresos de por sí paupérrimos, y ahora todavía más reducidos ante la escases que se espera de café cereza. Para ellos no hay ningún programa alternativo de apoyo.
2.- Al productor le entregan planta, pero no le enseñan cómo protegerla de la roya. No se les ha dado la herramienta para prevenirla. Pues si bien, la planta es resistente, no quiere decir que sea inmune, y si se siembra en medio de un campo infestado, seguramente se verá afectada.
3.- Han comprado planta a amigos y conocidos, con el resultado de que en algunos casos, (que no han querido reconocer, y que tampoco son muchos), han entregado planta ya infectada con roya, o con problemas de raíz pues sus amigos viveristas, buscan sólo la rentabilidad económica y no la calidad del producto. De hecho, a uno de esos viveristas preferidos, ya le dejaron de comprar, después de haber tenido problemas con su planta en dos años consecutivos.
4.- Apenas están atendiendo la contingencia, pero deberían tener un plan a futuro, para desarrollar la industria del café en la región de manera vertical, desde el vivero, la siembra, la cosecha, y cuando menos el beneficio húmedo del producto, para entregar café pergamino en lugar de café cereza con los beneficios que ello representaría para el productor.
5.- Se explota muy poco a nivel turístico la imagen de Córdoba, ciudad cafetera.
6.- En la ciudad y en particular en los portales de Córdoba no se expende en todos los restaurantes, un café con un mínimo de calidad.
7.- Debería de haber un estándar mínimo de calidad, para generar una marca de origen, Café de Córdoba, a la cual sólo pudieran acceder cafés de cierto nivel, y no los comerciales que hoy denigran a nivel regional la imagen de Café de Córdoba.
8.- Se debe de gestionar con los diputados federales, una NOM (norma oficial mexicana) mucho más estricta para lograr denominar un producto como café, ya sea molido o soluble. La que hoy tenemos permite un porcentaje de cascarilla de otros productos que no son café. Y se debería prohibir producir café molido con granza o con mancha. Si producimos café, debemos de consumir buen café, y promover la cultura del café.

Claro, mucho de lo que aquí señalo, no depende directamente del ayuntamiento, y en otros casos, no es de su interés o está fuera de su capacidad, sin embargo, lo que hoy se está haciendo en Córdoba, es mucho, comparado con lo que se hace fuera del municipio por proteger una industria que históricamente ha sido generadora de divisas y de riqueza en Veracruz, Puebla, Chiapas, Oaxaca, y hasta en San Luis Potosí.
Cuando acabé de enumerar lo que desde mi punto de vista esta bien y los pendientes, mis amigos se quedaron callados. Sólo uno que es revoltoso e izquierdoso me dice: ¨Oye, eso y lo demás que has platicado es de sentido común, ¿por qué no lo hace el gobierno federal, estatal, y el municipal?¨ Mi respuesta es contundente: ¨Porque es México, y aquí los gobernantes velan por sus propios intereses y por cuánto podrán llevarse al dejar el cargo, muy pocos se preocupan por resolver. Cuando menos en Córdoba el gobierno panista inició algo y lo está llevando a cabo, contra viento y marea. Eso es mucho mejor que no hacer nada, o robarse el dinero del presupuesto destinado al campo. Y precisamente, por ese desinterés pasamos de ser un país exportador de alimentos a ser un país con una dependencia alimentaria tal que, gracias a ella, estamos sometidos a quien nos da de comer a los mexicanos.

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