La migración es un fenómeno natural existente desde que hay vida en el planeta capaz de trasladarse por su propio medio. Esta es de orden animal irracional o humana. La primera consiste en el desplazamiento de las especies de un lugar a otro ya sea por causas naturales de diversa índole, conocida como migración estacional, generalmente necesaria para animales como aves, cetáceos, plantígrados, lepidópteros y otras muchas razas de seres irracionales que buscan un mejor lugar para librarse de temperaturas extremas o bien para aparearse, viviparir u oviparir.
Hay también una fuerte corriente migratoria que afecta al género humano. Llamada migración demográfica. Las causas son múltiples y en la actualidad se han recrudecido las que tienen que ver con temas de orden social, político, económico y bélico.
La globalización que en un principio se pensó sería la forma de llegar a un alto desarrollo de la población mundial, se fue convirtiendo en un efecto de resultados negativos, mismos que produjeron el acumulamiento de riqueza en ciertos centros de población, dominante tecnológica y financieramente que se apoderaron de los mercados globales en deterioro de grandes núcleos de personas, que han sufrido las consecuencias de este neoliberalismo, el cual abrió los mercados internacionales indiscriminadamente, sin advertir que el sistema sin corrección, derivaría en algún momento en una crisis, también global.
Los mismos países poderosos y ricos que alentaron y desarrollaron este sistema, con el paso del tiempo han sufrido también las consecuencias del llamado capitalismo salvaje, que propugna ese liberalismo comercial avasallador que ellos mismos construyeron. La actual crisis que vive el mundo, que se pensó en principio que sería de grandes dimensiones pero temporal y pasajera, se ha alargado y complicado. Los grandes centros industriales de producción han visto mermados sus inventarios en función de que los mercados a los que proveían, clientes de esas grandes factorías, ahora no tienen la capacidad suficiente de compra y hacen bajar demanda y en consecuencia obligada, la oferta.
Se acelera el desempleo en los sistemas económicos sustentados en este régimen; el trabajador al dejar de percibir su salario, sumándose a un número creciente de población activa sin ocupación, engrosa las filas de las victimas pasivas inimputables de este fenómeno. Así sufren no solo los países ricos, causantes del problema, sino también en gran medida los tributantes que cada día aumentan sus filas de población en pobreza, a un pequeño paso de la cercana pobreza extrema, a un solo guiño de la miseria.
La distorsión alcanza a chicos y grandes, pero son los primeros los más afectados en resentir los padecimientos por lo que en la búsqueda de un remedio, generalmente no deseado y desesperado, el camino de los habitantes es dejar el sitio donde las condiciones no son propicias; surge, así, la migración en gran escala, por mera supervivencia. De este modo se producen grandes corrientes de migrantes en diferentes regiones del planeta, siendo mayormente ocasionadas por la pobreza, la persecución política y la guerra principalmente. Casos concretos los convulsionados países árabes y los pueblos saharianos.
La población obligada a emigrar fuera del territorio de su nación, se dirige a los países donde supuestamente se concentra la mayor oportunidad para superar el quebranto. Ahí es donde se despliega en su magnitud el problema; los países candidatos a recibir esta población migratoria en aumento, masa extraña a su idiosincrasia, en condiciones de impreparación, provenientes de otras culturas y costumbres, sin el idioma ni la religión del país rechazan, en algunos casos violentamente, a los nacionales de otros países.
El mundo actual sufre un patente desequilibrio; movimientos sociales, guerras, que tienen su origen en desajustes políticos provocan protestas cada vez más frecuentes y cada vez mas enardecidas, no por ello menos justificadas; los recientes acontecimientos en el norte de áfrica, parte del medio oriente y en estos días las manifestaciones de protesta por inconformidades económicas resultantes de un sistema convulso e inoperante, que destruye a sus habitantes.
Las dolorosas consecuencias, el drama del Mar Mediterráneo, se han reflejado en toda Europa, concretamente en Alemania y España a la que han seguido Italia, Francia y otros países como Grecia, con verdaderas revueltas sociales de auténtica inconformidad por las políticas gubernamentales, que van nutriendo a los países, a sus ciudadanos para generar focos masivos de inconformidad que alteran los equilibrios nacionales, tanto de expulsoras como receptoras de migrantes, lo que lleva a pensar que se acerca el mundo a la antesala de un cambio de estructuras de organización, de Estado y Gobierno, diferente al que hasta ahora ha funcionado.
La migración antinatural, como consecuencia de un modelo agotado en cuanto a la mecánica operacional del sistema de gobierno conocido, practicado hasta estos días, es un claro síntoma de que grandes núcleos de población afectada, discurre en busca de otros horizontes donde satisfacer sus más apremiantes exigencias vitales.
En el otro orden de reacción popular, el de las protestas multitudinarias que exigen cambios en los sistemas políticos de sus estructuras legales que producen gobiernos cuyo ejercicio es notoriamente negativo para sus gobernados, también al igual que las corrientes migratorias, van dando un indicador insoslayable de que los modelos en que se sustenta el Estado actual, como entidad pública de gobierno, está entrando a una fase innegable de profunda decadencia.
Baste observar en estos días los movimientos populares en Alemania, España y Francia, -en esta ultima hasta con graves disturbios callejeros, por la prohibición pública del uso de burkas y velos por las mujeres musulmanas- donde se cuestiona y exige un nuevo patrón democrático con mejores fundamentos económicos y libertades sociales; protestas que ya se extienden a muchas otras naciones y ciudades. Como el caso de Rusia, donde Vladimir Putin ha pronunciado declaraciones ante la Duma, parlamento ruso, contra corrientes migratorias principalmente musulmanas que pretenden imponer sus costumbres, religión y hasta leyes, a lo que el premier ruso se ha opuesto encendidamente.
Este arquetipo neoliberal globalizador conductor a la pobreza y miseria de gran cantidad de seres humanos, que optan por la migración en busca y encuentro de mejores condiciones de vida incluyen, por desafortunada circunstancia, a México que es también un país expulsor de nacionales a Estados Unidos y tránsito involuntario de extranjeros.