No tuve que caminar mucho para encontrar respuestas a mi texto del viernes pasado sobre los liderazgos femeninos.
Por principio de cuentas, la Rectora de la Universidad Veracruzana, doctora Sara Ladrón de Guevara, amablemente me hizo llegar observaciones llenas de inteligencia y de fervor universitario, con las que deja aclarada y fundamentada su posición como académica al frente de una institución educativa; su postura como funcionaria educativa que no se deja seducir por el canto de las sirenas que le podría susurrar en el oído el ámbito político.
Bien por la doctora Sara y por su congruencia, que enaltece su posición como la primera mujer al frente de la máxima casa de estudios de Veracruz.
Por otra parte, quiero ver también una respuesta involuntaria en el fiestorrón que ofreció el domingo 20 la Secretaria General del PRI, Corintia Cruz Oregón, que tal vez le permita posicionarse como una aspirante a la diputación local por Xalapa, pero solamente entre cierto sector de su partido que se deja impresionar por la veleidad. A contrario sensu, considero como muchos que un liderazgo se forma con trabajo, con estudio, con propuestas serias que irían más allá de la entrega de despensas y mucho más allá de esas ro-sendas comilonas, que sólo aportan la pregunta del origen de los recursos para tal y tan grande y superfluo gasto.
Y otra respuesta sobre los liderazgos -aunque tampoco directa- la encuentro en la larga lista de mujeres que tan sólo en el PRI están siendo consideradas para integrar la cohorte de las 15 candidaturas a las diputaciones uninominales estatales de 2016 y a las 10 pluris, que deberá entregar el partido para integrar el 50/50 que exige la ley electoral.
Varias queridas amigas, priistas de cepa, me ayudaron con nombres de las militantes que en cada distrito están dando la batalla para ser consideradas como las probables ganadoras en encuestas y sobre todo en elecciones.
Si la pausada lectora y el apresurado lector me tienen paciencia, en lo que queda de este espacio y en el de mañana -y tal vez pasado mañana- les iré poniendo la nomenklatura estatal del priismo femenino que, como podrán ver, es de grueso calibre y seguramente irá creciendo en importancia, hasta que le tape la boca a esos columnistas imprudentes que se quejan de que no hay liderazgos de peso por el lado de las mujeres en la política veracruzana.
Van pues los nombres que quienes desde ya son consideradas precandidatas para los 30 distritos jarochos:
En el Distrito 1, Pánuco, lleva la delantera con mucho Anabel Ponce Calderón, quien fue diputada en la Legislatura local anterior y ya conoce el camino del triunfo, pero además tiene un fuerte apoyo basado en la amistad y en su profesionalismo. Hace sin embargo su lucha Analí Cerón, la esposa del exdiputado y actual alcalde de Tempoal Patricio Chirinos del Ángel, quien ya quiere pasar de las suplencias ciertas o virtuales a una oportunidad de demostrar su propio valor como candidata propietaria.
En el Distrito 2, Tantoyuca, se la deben desde hace mucho a una priista incontrovertible, militante de siempre, con reconocimiento entre las bases, Sandra Soto Rodríguez… pero mañana le seguimos.
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