Y sigue la mata dando, o como dice la canción: la cosecha de mujeres… nunca se acaba.
Hay un fenómeno que se repite incansable, el de muchas (y muchos) candidatos perdedores en elecciones anteriores que piensan que se pueden sacar la espinita, convencer ahora sí a los electores y revertir las penosas derrotas que sufrieron, de modo que vuelvan a ser lo que antes fueron.
Pero lo cierto es que el humo no finca, que no retorna el tiempo.
Por eso parecen sueños vanos los de Sharife Osman de ser nominada ahora por el Distrito 13 de Emiliano Zapata. Y lo son ciertamente porque quienes deciden y quienes decidan saben que como candidata perdería hasta contra una vaca. Tiene entonces más posibilidades de llegar, por ejemplo, la actual alcaldesa de Paso de Ovejas, Ana Rosa Valdés -hija de la gentil y gentil ella Anita Salazar, toda eficiencia, discreción y amabilidad-.
Para alguno de los dos distritos de Veracruz campea Sheyla Flores, con muy buenas relaciones en el Icadep nacional, que suma a sus talentos una movilidad digna de una diputación, cuando menos, aunque sea local. También hay que poner en esta lista a Luz Baxzi García, que al parecer fue la candidata suplente de Anilú Ingram, pero eso ya no importa. Lo que sí, es que conjuga familiarmente una buena cantidad de votos a su favor. Sume usted a Leticia Martínez Reyes y si considera que es la esposa del líder tamsero Pascual Lagunes ya tiene un tercio de féminas que le darán la lata a aspirantes adelantados como Marlon o el buen Daniel -pero ésa es otra historia-.
El Distrito 16, Boca del Río, es una papa caliente (¿o un hotdog?) pero no faltan las priistas que se atreverían a ir hasta donde las águilas se atreven, con tal de hacerse de una curul. Ahí tiene una buena posibilidad la actual regidora novena, la priista y doctora Graciela Tejeda Martínez, hija del mandamás de la CROC, Tomás Tejeda Cruz, quien aún parece mantener un buen porcentaje del voto corporativo que otrora lo hacía tan indispensable. No obstante, la esposa del alcalde alvaradeño Tavo Ruiz, la señora Marliz Platas, también levantaría la mano si alguien preguntara quién la quiere. Ella desde el DIF va sumando voluntades a su favor, aunque le falta mayor presencia en los otros municipios del distrito.

Intermedio.
La lista de mujeres en el PRI es más gruesa de lo que podría suponer un columnista despistado, como es la ocasión. Cuando se empiezan a barajar nombres, salen de todas partes -menos por una- los de muchísimas militantes de postín, que muestran conocimiento y experiencia, simpatías y alianzas, complicidades y conjunciones.
Lo cierto es que con las posibles alianzas con otros partidos, el número de candidatas del partidazo podría ser menor que 15, pero a como están las cosas, una decena de posibles candidaturas para las antes denigradas y ninguneadas féminas suena bastante apetitosa.
Antes, en el pasado no tan remoto, las candidaturas femeniles se otorgaban como una concesión graciosa, pero ahora hay la exigencia legal y la superexigencia de las más combativas representantes del género como para que ya no puedan hacerse a un lado, o quitarlas y ponerlas al antojo.
Por eso los nombres que aquí van apareciendo son los de muy probables candidatas, que ya se rozan con los hombres, antaño tan impresionantes.
El lunes le seguimos, si me siguen teniendo paciencia.
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