Desde hace algunos días se intenta asestar un golpe a la economía de trabajadores y empresarios de Veracruz, al pretender incrementar el impuesto a la nómina del 2 al 3 por ciento. La desconfianza generalizada radica en el manejo del recurso público, en la falta de obra pública, el adeudo a proveedores del estado y a la deuda enorme que lejos de traducirse en mejoría para los veracruzanos, se evidencian las carencias en sectores sensibles como el de salud, que los propios trabajadores han denunciado.
¿Dónde está el dinero producto de la deuda y del presupuesto? ¿Por qué subir impuestos en lugar de incentivar la generación de empleos? ¿Se justifica la aprobación del incremento propuesto para «tapar los huecos financieros del estado»?.
Es indispensable que las autoridades estatales se sensibilicen y atiendan el rechazo empresarial y ciudadano; no es momento de pensar en salidas fáciles para obtener recursos, no es momento para el incremento de impuestos. Incluso, recientemente, el Secretario de Hacienda y Crédito Público transmitió de manera clara y puntual la determinación del Presidente Enrique Peña Nieto, para que no se aprueben más impuestos ni se aumenten los existentes; por el contrario, se deben atender las medidas de austeridad gubernamental y disciplina financiera aprobadas por el Senado de la República desde octubre de 2013.
No es a la sociedad veracruzana a quien deben imponerse mayores cargas, sino el gobierno estatal el que debe ajustar el gasto público, hacerlo eficiente y sobre todo destinarlo para los fines que fue aprobado, sin que exista lugar para distraerlo ni desviarlo.
Existen pronunciamientos a favor de subir el impuesto a la nómina, lo ven como una buena medida; pero desafortunadamente la situación económica en Veracruz es difícil y antes se deben tomar medidas para atajar todo tufo de corrupción y mal manejo de los recursos públicos, de lo contrario, como bien dijeron los empresarios en Córdoba, es meterle dinero bueno al malo.
Es mi deber y convicción pronunciarme con contundencia en contra de incrementar el impuesto a la nómina del 2 al 3 por ciento; sin embargo, esa responsabilidad atañe a los diputados locales veracruzanos, de ahí la sugerencia respetuosa de escuchar a través de diversos foros a voces expertas en la materia, al sector empresarial y a los propios servidores públicos a fin de tener elementos contundentes para definir el sentido de su voto.
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