No tuve el gusto de conocer a fondo a Noé Valdés. La última vez que lo vi, fue en el desayuno con el senador Pepe Yunes en una de las primeras reuniones de la Asociación de Periodistas de Veracruz (Apever), donde fue miembro fundador y ahora, en reconocimiento, lleva su nombre.

Allí estaba, con su inseparable compañera: su cámara fotográfica. Habrá de disculparme su esposa Margarita, pero siempre veía a Noé con “ella”.

Y es que Noé gustaba de sacar la fotografía espontánea y después de un tiempo, mostrarla como trofeo… me cuenta Salvador Muñoz.

Pero no fue el único que tenía una anécdota o un bello recuerdo de Noé… algunos miembros de la Apever que estuvieron presentes en el homenaje que se llevó a cabo este pasado martes en el Casino Español, contaron sus recuerdos ante su esposa Margarita y sus hijos Noé y Eliud.

El primero en tomar la palabra fue el presidente de la Apever, Francisco Licona, quien expresó que en esta ocasión, la Asociación se reunía en el nombre del fotoperiodista Noé Valdés.

Todos guardamos silencio; incluso, se respiraba melancolía, que no tristeza, por la partida inesperada y anticipada de Noé. Por allí se apreciaban ojos restringidos para no dejar salir las lágrimas que se asomaban.

El moderador en esta ocasión fue Felipe Hakim, que enfatizó que los tres mejores amigos que tuvo Noé al final de su vida fueron: Benjamín Domínguez Olmos, Melitón Morales Domínguez y Gustavo Cadena Mathey, por lo que pidió unas palabras para su familia allí presente.

* Un gran hijo, un gran hermano, un gran padre, un excelente esposo y un gran amigo: Benjamín Domínguez

De Pedro Noé Valdés o Noé a secas como lo llamaban sus amigos, podría pasarme hablando muchas horas y horas, aunque hay algo que lo distinguió: su forma de ser, de convivir y de relacionarse.

Inició su carrera aprendiendo desde el puesto más modesto como todos los que quieren hacer algo en la vida, pero con la intención y el deseo de superarse.

Se preocupó mucho por los que menos tienen, por los más desvalidos, por los que tienen todas las carencias: los pueblos indígenas. Trabajando con su lente e investigando, de fotógrafo a reportero, de reportero a columnista, logró plasmar en un libro todas sus inquietudes para recuperar a la gente que vivía en todas aquellas zonas serranas.

* Vamos a Recordar a Noé con un aplauso: Melitón Morales

Se enfocó a los recuerdos de sus caminatas con él, donde platicaban de muchísimas cosas, de sus inquietudes, cuando estuvo en la revista “Análisis Político”; incluso, platicó que Noé le ayudaba en ocasiones con su columna.

* Esta mañana, no me extrañaría escuchar llegar por esa puerta a Noé y decirme: Aah Tavoo: Gustavo Cadena Mathey

Recordó a un Noé que quería mucho a su familia y cuando lo conoció en la Hora del Amigo del Bar Salmones, él empezaba a reportear y Noé a tomar fotografías. Le vacilaba diciéndole que era hijo de Carlos Padilla Becerra, por su parecido.

Recordó los bares del Hotel María Victoria y Las Palomas, populares en aquella época donde se reunían y hasta eran conocidos por los meseros que los querían mucho; allí platicaban los sucesos políticos del día. Cómo olvidar cuando Noé hizo la comida en una excursión al Cofre de Perote, o los cuentos que platicaba de Xico.

Menciona que las Fotocomentadas (columna que hacía Noé Valdés) surgió a partir de un viaje a Israel donde una pareja de novios estaban besándose, ambos con sus metralletas colgadas, situación que le llamó la atención y de allí empezó a escribir, siendo Cadena su corrector.

Otra anécdota fue que al realizar su libro sobre la esencia de la cultura indígena, para Noé no eran obstáculos los recursos, pues para visitar los pueblos de las sierras donde hizo su investigación, se llevaba su casa de campaña y acampaba en el parque del pueblo, no faltando algún vecino que le gritaba para darle de comer.

* Hay que pedir perdón, en lugar de permiso: Agustín Contreras Stein

Fueron amigos de escuela y se tenían un gran afecto pues valoraba mucho la amistad. Lo definió como un hombre excelente, recordándolo con cariño pues era un hombre jovial, positivo, no importándole las dificultades y tratando siempre de salir adelante.

* Un amigo no se fue, está con nosotros: Edmundo Sosa

A lo mejor no tengas dinero para trasladarte, pero usa la imaginación, pues algún camión te llevará a donde quieras llegar… eran las palabras de Noé a su amigo Edmundo cuando fue Dirigente de Colonias Populares.

Una vez le cayó de sorpresa en un evento en el norte y le dijo: “vengo a ver a mi amigo, vengo a decirle que no está solo”, le tomó varias gráficas que aún conserva.

* Me hubiera gustado que este homenaje lo hubiera escuchado él, le hubiera emocionado mucho: José Valencia:

Siempre noble, generoso; recuerda que estrechó sus lazos de amistad en ciertos viajes en los que coincidieron. La última vez se sentó a su derecha… jamás pensó que sería la última vez.

* No tienes que regalarme nada, somos amigos: Sergio Villa

Lo conoció en Papantla y algo que le llama la atención, fue que antes de que falleciera, le anduvo buscando para regalarle algo: un llavero, que aún conserva.

* Para que se le recordara por siempre: Atticus Licona

De Atticus surge la idea de ponerle a la Apever el nombre de Noé Valdés, como una forma de estar con él, de recordarlo, así como reconocimiento a su persona y trabajo, ya que al iniciar el proyecto de la asociación, Noé había tomado el proyecto como suyo.

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