A ninguna persona le gusta la imposición. Es preferible dialogar y llegar a acuerdos. Tampoco nos gusta pagar lo que creemos injusto, pero no todo lo que creemos es cierto o verdad. Los tributos han sido desde tiempos inmemorables una necesidad para quien gobierna y una inconformidad para quien los paga.
Las recientes modificaciones al Código Financiero del Estado generaron protestas y exabruptos pero ninguna contrapropuesta viable en el corto y mediano plazo. Hay problemas y hay que resolverlos. Lo sabemos. Pero –dijera mi buen amigo Miguel Ángel- en política es más bonito ser oposición y muy feo ser gobernante.
Cedo la voz a la diputada presidenta de Comisión Permanente de Hacienda del Estado de la LXIII Legislatura local, Mariela Tovar Lorenzo: “Todos los estados participan en el Fondo Federal General que se distribuye con base en dos aspectos: el esfuerzo recaudatorio e ingresos locales, y en ese aspecto Veracruz ha dejado de recibir 5 mil millones de pesos en este ejercicio fiscal, por su escasa recaudación”.
De acuerdo con Mariela Tovar, para Veracruz la recaudación por el Impuesto a la Nómina significa 80 por ciento; el de Fomento a la Educación aporta 16 por ciento, y Rifas y Sorteos, uno por ciento –entre los más importantes– por un total de cerca de mil 500 millones de pesos.
Las expectativas de la modificación al Impuesto a la Nómina será de unos 300 millones de pesos como mínimo y 600, como máximo, para acceder a 5 mil 800 millones de pesos que se destinarán a presupuestos de infraestructura y a su vez generarán empleos y desarrollo económico.
Veracruz no es una isla y los problemas nacionales también nos repercuten. Desafortunadamente los Gobiernos federales que hemos tenido no han podido encontrar el equilibrio financiero. Seguimos dependiendo en buena medida de los ingresos petroleros y no se ha podido diversificar nuestras sociedades comerciales.
Buscar culpables o lamentarnos de ‘la mala suerte’ en nada ayuda. Hay que solventar y el resto vendrá en su momento. No escuchemos cantos de sirenas porque nos puede pasar lo mismo que a Odiseo. ¿Qué tan malo es lo malo? Pues puede ser peor y eso no lo queremos.
Vale la pena aclarar que no somos la única entidad que adecuó sus ingresos públicos. La misma legisladora nos recordó que “estados como Tabasco y el propio Distrito Federal modificaron al alza los impuestos a la nómina, y hoy cuentan con mayores participaciones federales, que se traducen en economías más robustas.”
Como sociedad debemos estar atentos en el ejercicio del dinero público. Informarnos y dejar las estridencias que en nada nos ayudan y, por el contrario, sólo generamos confrontaciones. No olvidemos que el próximo año es electoral y muchos quieren llevar agua para su molino.
¿Podemos estar mejor? Sí, pero estamos como estamos porque todas y todos hemos dejado de hacer nuestras tareas. Antes de exigir ‘mis derechos’ debo exigir ‘mis obligaciones’ Como ciudadana, como madre y como integrante de esta sociedad.
Por hoy es todo, les deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.
A ninguna persona le gusta la imposición. Es preferible dialogar y llegar a acuerdos. Tampoco nos gusta pagar lo que creemos injusto, pero no todo lo que creemos es cierto o verdad. Los tributos han sido desde tiempos inmemorables una necesidad para quien gobierna y una inconformidad para quien los paga.
Las recientes modificaciones al Código Financiero del Estado generaron protestas y exabruptos pero ninguna contrapropuesta viable en el corto y mediano plazo. Hay problemas y hay que resolverlos. Lo sabemos. Pero –dijera mi buen amigo Miguel Ángel- en política es más bonito ser oposición y muy feo ser gobernante.
Cedo la voz a la diputada presidenta de Comisión Permanente de Hacienda del Estado de la LXIII Legislatura local, Mariela Tovar Lorenzo: “Todos los estados participan en el Fondo Federal General que se distribuye con base en dos aspectos: el esfuerzo recaudatorio e ingresos locales, y en ese aspecto Veracruz ha dejado de recibir 5 mil millones de pesos en este ejercicio fiscal, por su escasa recaudación”.
De acuerdo con Mariela Tovar, para Veracruz la recaudación por el Impuesto a la Nómina significa 80 por ciento; el de Fomento a la Educación aporta 16 por ciento, y Rifas y Sorteos, uno por ciento –entre los más importantes– por un total de cerca de mil 500 millones de pesos.
Las expectativas de la modificación al Impuesto a la Nómina será de unos 300 millones de pesos como mínimo y 600, como máximo, para acceder a 5 mil 800 millones de pesos que se destinarán a presupuestos de infraestructura y a su vez generarán empleos y desarrollo económico.
Veracruz no es una isla y los problemas nacionales también nos repercuten. Desafortunadamente los Gobiernos federales que hemos tenido no han podido encontrar el equilibrio financiero. Seguimos dependiendo en buena medida de los ingresos petroleros y no se ha podido diversificar nuestras sociedades comerciales.
Buscar culpables o lamentarnos de ‘la mala suerte’ en nada ayuda. Hay que solventar y el resto vendrá en su momento. No escuchemos cantos de sirenas porque nos puede pasar lo mismo que a Odiseo. ¿Qué tan malo es lo malo? Pues puede ser peor y eso no lo queremos.
Vale la pena aclarar que no somos la única entidad que adecuó sus ingresos públicos. La misma legisladora nos recordó que “estados como Tabasco y el propio Distrito Federal modificaron al alza los impuestos a la nómina, y hoy cuentan con mayores participaciones federales, que se traducen en economías más robustas.”
Como sociedad debemos estar atentos en el ejercicio del dinero público. Informarnos y dejar las estridencias que en nada nos ayudan y, por el contrario, sólo generamos confrontaciones. No olvidemos que el próximo año es electoral y muchos quieren llevar agua para su molino.
¿Podemos estar mejor? Sí, pero estamos como estamos porque todas y todos hemos dejado de hacer nuestras tareas. Antes de exigir ‘mis derechos’ debo exigir ‘mis obligaciones’ Como ciudadana, como madre y como integrante de esta sociedad.
Por hoy es todo, les deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.