SI USTED, amigo lector, revisa cuidadosamente el escenario político, después de la ascensión de Alberto Silva Ramos, a la Presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI, se puede llevar una gran sorpresa.
Lo que esta sucediendo en este momento, políticamente hablando, es la preparación de un candidato duartista, a la gubernatura de dos años.
Tal y como sucedió en los tiempos finales del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, cuando Javier Duarte de Ochoa, fue enviado, primero, a buscar la diputación federal por el distrito de Córdoba, costara lo que costara, para cumplir con uno de los indispensables requisitos exigidos por el Partido Revolucionario Institucional, para su candidato a la gubernatura, es decir, que contara, cuando menos con un puesto de elección popular, dentro de su hoja de servicios, Silva Ramos, fue enviado a Tuxpan, con el propósito, también, de hacerse Diputado federal, aunque el requisito, en este caso, ya estaba cumplido de antemano, en virtud de que ya fue Presidente Municipal de su tierra natal, pero hacía falta, de alguna manera, un escenario nacional.
Como esta posición no resulta ser, todavía, fuerte políticamente, para venir a buscar la gubernatura del Estado, se decidió hacerlo dirigente estatal del tricolor, con la finalidad de acercarlo a los veracruzanos. Este es el verdadero propósito del Gobernador Duarte, a quien, le ha funcionado, hasta ahora, la estrategia política que se ha propuesto llevar a cabo, cueste lo que cueste.
Con pequeñas, casi insignificantes diferencias, el escenario casi es el mismo que siguió Fidel Herrera Beltrán, para proponer a su candidato a la gubernatura del Estado.
Se dice, con cierta razón, que a Fidel Herrera Beltrán, le funcionó perfectamente bien su plan, considerando que en este tiempo, no había Presidente de la República, emanado del PRI, y que por esa razón, tanto Fidel, como muchos otros Gobernadores del país, se despacharon con la cuchara grande.
Sin embargo, ahora sí hay Presidente de la República, que es priista, pero a Duarte, le esta funcionando bien su plan, de tal manera, que ya llegó al momento de hacer dirigente estatal del PRI, a quien siempre ha sido su carta fuerte para la gubernatura del Estado.
Por esta razón, ahora se entiende que Alberto Silva Ramos, iniciara sus actividades legislativas, en la ciudad de México, atacando, a diestra y siniestra a Miguel Ángel Yunes Linares, porque sería el candidato de otro partido que representa para ellos, sí, solamente para ellos, un posible obstáculo político electoral. Pepe y Héctor, son priistas, a quienes, desde el altiplano, les propondrían sumarse, tal y como lo dejó ver, el sábado pasado, el mismísimo líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien insistió demasiado, para el caso, en pedir unidad en torno al PRI.
Se sabe bien, que entre los duartistas y los yunistas, Pepe y Héctor, hay un claro enfrentamiento.
Por eso fue la caña de pescar. Por eso ha sido el rechazo de Pepe Yunes, para que no participara en la reestructuración de la deuda pública. El propósito, es dejarlos fuera.
Ante la llegada de Alberto Silva Ramos, al PRI, hubo oposición de los dos Senadores, porque conocen bien el proyecto duartista. A la sesión del Consejo Político Estatal, solo asistió Héctor Yunes, quien se justificó, de alguna manera, haciendo saber que asistía como priista que es, pero bajo protesta. Pepe, de plano, no fue.
Entonces, no hay que buscarle tres pies al gato, sabiendo que tiene cuatro.
Alberto Silva Ramos, viene al PRI, porque quiere la candidatura para la gubernatura de dos años.
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CIERTO ES, TAL y como lo calificaron muchos políticos, el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, no preparó un verdadero discurso para los priistas de Veracruz. Sus palabras no fueron contundentes, no entraron, por decirlo de esta manera, en la conciencia política de los diversos sectores del tricolor, reunidos para celebrar el Consejo Político Estatal.
Entre todo lo que dijo, lo único que se pudo rescatar, fue su insistencia por la unidad del partido, como un claro mensaje para Pepe y Héctor Yunes, de que puede llegar el momento en que, de plano, les digan que tienen que sumarse a la determinación presidencial, porque, tal y como lo dijo ya el Gobernador Duarte de Ochoa, será el Presidente, quien decida sobre la candidatura a la gubernatura del Estado.
Mientras tanto, quienes asistieron a la celebración de la sesión del Consejo Político Estatal, esperaban una señal, en el discurso de Beltrones, sobre quien podría ser el candidato, pero no dijo nada. Fue, por eso, repetitivo, como queriendo esquivar, de plano, lo que esperaban escuchar la mayoría de políticos veracruzanos. Por eso, no fue elocuente, ni tampoco convincente.
Así, Manlio Fabio Beltrones, se fue, sin dar respuesta a miles de veracruzanos, que con sus miradas, casi le exigían, una señal chiquita para lo que viene en Veracruz.
De esta manera, como lo expresa la opinión pública, la situación política en Veracruz, se complica, pues nunca, como ahora, se había presentado una situación política, de esta naturaleza, en relación a la sucesión gubernamental. Nunca, como ahora, también un Presidente, se ha encontrado ante la disyuntiva de definir con precisión, con claridad un asunto que tiene de por medio el triunfo priista, el cual, sin duda, también necesita para su propio proyecto político nacional.
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PERO, SI LAS circunstancias políticas caminan precisamente por la senda que hemos planteado, ¿Que ocurrirá con el trabajo político desarrollado por los dos Senadores de la República?. ¿Habría una verdadera rebelión política?. ¿Se sumarían los dos legisladores federales a un solo proyecto político, ajeno al que se habían planteado los dos desde que iniciaron la carrera por la sucesión?.
Como se sabe, estas son preguntas que se encuentran en el aire. Que son difíciles de contestar por ahora, ya que los dos Senadores, tendrían que pensarlo seriamente.
Sin embargo, en poco tiempo, se entiende, no sería posible una reconciliación, lo que generaría, más que nada, un rompimiento priista, considerando la magnitud de las estructuras políticas que cada uno de los dos aspirantes a la gubernatura, manejan en la actualidad.
Cabría, asimismo, la posibilidad de que optaran por la candidatura independiente o bien aceptar la propuesta de otros partidos políticos, lo que sería desastroso para el propio Revolucionario Institucional.
De ahí que la solución debe ser bien pensada.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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