Reconocido por su habilidad política, comercial y empresarial, ocupó varios cargos en el ayuntamiento de Xalapa, entre ellos el de Presidente del Ayuntamiento. Realizó diversas obras en beneficio de la comunidad, fue de los primeros habitantes de la región que apostaron por la industria textil.

Originario de Naolinco, pronto asentó su residencia en Xalapa en donde desempeña inicialmente actividades agrícolas y ganaderas, sin embargo, debido a su “don de gentes” y su extraordinaria visión a futuro es que asume cargos en la administración municipal como síndico y como representante del Tribunal Mercantil en el año de 1834, años después ya funge como alcalde.

Viendo las grandes necesidades que tenía la población en ese periodo, que a pesar de que la ciudad era relativamente pequeña en esa época pues contaba con menos de diez mil habitantes, éstos carecían de muchas cosas y era necesario empezar a equipar la ciudad para sus habitantes presentes y futuros.

La ideología de Lucas Alamán influyó en los gobiernos de Santa Anna impulsando la industria textil como parte de la reactivación económica entre los años 1837 a 1842, se asentaron cinco fábricas con capital inglés, otras con créditos de avío, una de ellas era del conocido comerciante Bernardo Sayago con una propuesta que apostaba siempre a lo innovador ese fue un motivo más que suficiente para aventurarse a comprar la hacienda de Pedreguera en donde instala la fábrica de hilados y tejidos conocida posteriormente como la Fábrica de San Bruno.

El flujo de agua requerido para el movimiento de las turbinas de la fábrica de hilados se abastecía del río “Santiago” pero la escasez del líquido motivó la presentación de un proyecto consistente en el desvío de los manantiales que descendían del Cofre de Perote, el beneficio de la obra se reflejó en el movimiento de la producción pero también en los barrios de esa zona de la ciudad que a partir de la construcción de bordes y canalizando el líquido se olvidaron de los prolongados estiajes.

Sayago participa en la promoción para la instalación del ferrocarril impulsando su paso por la ciudad de Xalapa para que los agricultores entre los que él se encontraba pudieran sacar sus productos, junto a otros interesados presentan una propuesta, inicialmente se construyó una vía que llegaba de la Meseta Central hasta Perote y otra de Veracruz a Rinconada pero el tramo para unir estos dos puntos pasando por Xalapa se tenía que hacer por tracción animal ya que la inversión ferroviaria era muy costosa debido a lo accidentado del terreno, lo que le hizo perder su importancia comercial; otro factor era el traslado de los productos encareciéndolos. Finalmente el Ferrocarril Interoceánico culmina su construcción en 1891 en el auge del porfiriato con la participación de capital norteamericano y con esto finalmente se une el puerto de Veracruz con la capital del país, esta importante vía pasa por Xalapa a donde regresan los poderes del gobierno.

Cabe recordar que para el traslado de los productos de la zona de Coatepec y Teocelo uno de los comerciantes que aportaron una mayor capital para el tendido de vías con tracción animal fue Bernardo Sayago, trazo y parte de la infraestructura que utilizaría posteriormente el famoso tren del piojito, también en los anales de la historia se encuentra el haber promovido una sustancial mejora en las comunicaciones de los telégrafos en 1852, su habilidad en los negocios lo llevó a beneficiar a los xalapeños con la generación de empleos y el impulso a obras que sin su apoyo hubiesen tardado más tiempo en realizarse. Falleció en 1872 dejando a sus dos herederos Antonio y Mariana Sayago de los cuales hablaremos en fecha próxima por ser importantes benefactores de nuestra capital.

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