«Reunido en comida en Xalapa, en el «Asado y Tinto», con amigos funcionarios y periodistas, se dijo que dos son los finalistas; Pepe Yunes y Héctor Yunes, senadores ambos, priistas de toda su vida. Habrá en las boletas tantos Yunes como los Kennedy bostonianos. Entre una carne arrachera y una tarde fresca, se llegó a la conclusión que, pese a los enfrentamientos que se han tenido, los dos senadores necesitarán al gobernador Duarte, y viceversa. Alguien debe sentar a los tres, apaciguar tormentas y buscar estar unidos como un racimo de coyol. Unidos vencerán, divididos crearán tormentas, escisiones… y derrota». Es parte de lo que escribe Gilberto Hazz Diez en sus «Acertijos».