Si usted fue taxista en Xalapa en los años 90’s, claro que recordará el tope que los vecinos de la calle Rodríguez Clara levantaron para, al según, disminuir la velocidad de los autos que por ahí transitaran. Era una barda de cemento y cada que pasaba uno por ahí era inevitable raspar el fondo del auto. Ya con habilidad debías cruzar ese tope de manera sesgada, pero si llevábamos pasaje era posible que hasta se quedara uno ahí varado.
Durante muchos años estuvo ese tope hasta que un día una patrulla de Tránsito pasó por ahí con un jefe de esa corporación. Trataron de pasar el tope-barda pero con tan poca pericia que el auto raspó todo el fondo y se quedó varado. Cuando el jefe de Tránsito bajó y vio la indecencia de tope de inmediato mandó a que lo derribaran.
¿Quién levantó ese tope? Los vecinos de la calle Rodríguez Clara, azuzados por algún vecino arbitrario. La calle no es de tránsito rápido, cierto que algunos taxistas la tomaban para evitar el tráfico de Venustiano Carranza, pero la cuarta parte de ese tope hubiera sido la solución. Sin embargo los vecinos, que se sienten dueños de la calle, muchas veces son arbitrarios.
En Xalapa la arbitrariedad de los vecinos es colosal. Hay quienes cierran el acceso a una calle haciéndola sólo para particulares. El Callejón Jesús te Ampare, ¿quién le puso cadena y candado? Los vecinos sacan cubetas y macetas o bultos de tierra para apartar el lugar de la calle que colinda con su casa. Ellos creen que esa colindancia les pertenece. No apartan la entrada de su garaje, apartan toda la colindancia de su casa. Hay restauranteros que ante la imposibilidad de poner estacionamiento para su negocio se apartan media calle. Ahí está el restaurante de mariscos de Rodríguez Clara y Basurto. Y si quita uno las sillas que pone para apartar, amenaza el dueño con hacerle algo al auto.
Los vecinos en su colectividad suelen ser egoístas, arbitrarios. Se arrogan derechos que no les pertenecen. Eso es precisamente lo que está sucediendo con algunos vecinos de la zona de Úrsulo Galván y Ruiz Cortines. En la semana que pasó y durante varias horas bloquearon las calles de esa zona, simple y sencillamente porque no están de acuerdo con los cambios de vialidad. Si tienen razón eso lo deberían de dialogar con las autoridades. Si ya lo hicieron y las autoridades determinaron que las medidas viales benefician más a la población que a un grupo de vecinos, entonces ellos deben de exigir medidas viales para regular el paso de los autos sin que afecte el tránsito de los peatones.
Pero no, no hay diálogo ante la cerrazón y los vecinos toman sus propias medidas arbitrarias, porque están en una ciudad donde los vecinos de una calle son los dueños de la calle, y no toda la ciudadanía.
Desafortunadamente ya hubo un accidente trágico en esa zona. Una mujer mayor fue atropellada por un conductor de autobús. El joven conductor quedó devastado por el incidente. Pero los vecinos, como dice Chava Muñoz, ya encontraron culpable; el cambio de vialidad es culpable de esa muerte y por eso quieren que las cosas vuelvan a ser como antes.
Hace algunos años David Velasco Chedraui, siendo alcalde de Xalapa experimento cambiar a un sólo sentido las avenidas Américas y 20 de Noviembre. El cambio estaba resultando. Desafortunadamente algunos conductores, ante el flujo rápido de la vialidad abusaban y pasaban por esas avenidas a alta velocidad. En ese entonces los vecinos, en lugar de dialogar y pedir medidas preventivas para evitar accidentes cerraron las avenidas en varios tramos y por la presión echaron abajo todo ese proyecto que a estas alturas hubiera aliviado por mucho el tráfico de esta ciudad.
Eso es lo que buscan los vecinos de la zona de Los Sauces, presionar al alcalde Américo Zúñiga para echar atrás estos cambios. Quieren que Xalapa siga siendo un vecindario, cuando en el siglo XXI Xalapa debería ser ya una gran ciudad.
Postdata 1: “Betoruchis”
Sólo le faltó un collarín al presidente del PRI estatal, Alberto Silva para hacer más dramática la conferencia de prensa en la que se disculpó con las mujeres por sugerir apenas que para ser candidatas de su partido deberían hacer una prueba de ingravidez. Y es que Silva se presentó con un ojo morado; ¿no entiendo? A lo mejor lo que quiso fue hacer una metáfora semiótica que representara el golpe que la secretaria general del PRI a nivel Nacional, Carolina Monroy del Mazo, le había propinado al exigirle que diera una disculpa pública. Nos recordó al famoso “Fabiruchis”, quien después de la madriza que le había propinado su amante, fue a dar una conferencia de prensa en un estado lamentable. ¡Vaya con el “Betoruchis”!
Armando Ortiz aortiz52@nullhotmail.com