Vivir bien y saludable no es una cuestión de dinero, sino de cultura. Es tener un estilo que nos permita una mayor calidad de vida, a la que hemos llevado en las últimas décadas. Reto difícil, por las pautas que determinan los medios de comunicación masiva sobre “eso qué es vivir”.

Para muchas personas, su existencia se ha vuelto sedentaria. Sobre todo para quienes trabajan en el sector público o deben pasar horas encerrados en las oficinas, con tiempos limitados para comer. Esto obliga a no ir al hogar, por los horarios discontinuos, y la necesaria atención al público.

Factores, todos ellos, que han traído enfermedades que antaño no eran problemas de salud pública: hipertensión, diabetes, obesidad, problemas con las articulaciones y otras más. Algunas personas jóvenes –por lo general solteras– acuden a gimnasios antes o después de las jornadas laborales. Pero a quienes tenemos responsabilidades en el hogar nos resulta difícil hacerlo. Queremos, pero no podemos.

Con la reforma al artículo 3 de la Ley del Sistema Estatal de Cultura Física y Deporte, que establece que los trabajadores al servicio del Estado dispondrán de al menos 20 minutos diarios para la práctica de actividades físicas –que ya es vigente–, se abre la posibilidad para quienes trabajan en el sector público de tener, por lo menos, un tiempo para realizar actividades físicas básicas que –de nuevo, por lo menos– relajará y bajará la tensión y estrés de los y las empleadas.

Por lo pronto, la presidenta de Comisión Permanente de Salud y Asistencia del Congreso del Estado, Gladys Merlín Castro, anunció que el Poder Legislativo será la primera instancia en aplicar la reforma.

Por lo pronto, se inició una jornada médica con personal que labora en la sede del Poder Legislativo, para detectar y prevenir posibles enfermedades. Se aplicaron pruebas para la detección de glucosa y de antígeno prostático, monitoreo de la presión arterial y control de peso y talla, y se ofreció orientación sobre alimentación saludable y actividad física.

La Diputada anunció que a partir de los resultados de estas pruebas se elaborará un plan de actividad física para, además de cumplir con la ley, invitar a los empleados a mejorar su calidad de vida: “La actividad física es importante, porque oxigena el cerebro, disminuye el estrés y permite un mayor rendimiento laboral”.

En cuanto se haga extensivo a todas las dependencias y áreas del sector público, será grandioso vernos con nuestras compañeras haciendo actividad física. Estoy segura de que los beneficios serán mayores que los contemplados, porque nos permitirán una nueva y diferente forma de relacionarnos con el resto del personal.

Sabemos que los espacios y actividades pueden replantearnos la forma de interactuar entre nosotras. No es lo mismo la charla de café en un espacio público, que privado. Por lo que tampoco será lo mismo una conversación sobre temas laborales que, en el mismo espacio de trabajo, podamos intercambiar puntos de vista sobre cómo hacer mejor las actividades físicas.

Ojalá todas y todos participemos en estas actividades. Será un placer trabajar en beneficio de nuestra salud. ¿No cree?

Por hoy es todo. Le deseo un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega.