Hace 42 años,– para ser exactos un 3 de diciembre de 1973–, fallece en la ciudad de México a los 83 años, uno de los Presidentes más importantes y ejemplares que nuestro país ha tenido: Don Adolfo Ruiz Cortines. Hombre de carácter firme y de convicciones inquebrantables que hoy deseo recordar.
Nació en el puerto de Veracruz, el 30 de diciembre de 1890. Fue hijo del agente aduanal Domingo Ruíz y de la señora María Cortines. Estudió la primaria en la escuela cantonal «La Pastora» y en el Instituto Veracruzano, estudio hasta el cuarto año de preparatoria. Desde muy joven empezó a trabajar para ayudar al sostenimiento de su familia, haciéndolo como auxiliar de contabilidad, durante 7 años, en un negocio privado.
Fue un luchador convencido de los grandes ideales revolucionarios y anti reeleccionista recalcitrante. En 1912 se trasladó a la ciudad de México y se convirtió en un simpatizante genuino de Francisco I. Madero y después de su muerte, participó activamente en la lucha contra la dictadura de Victoriano Huerta. A la caída de Huerta, se integra al Cuartel General de las fuerzas constitucionalistas, a cargo del Ing. Robles Domínguez. Para 1914, Ruíz Cortines, ya con el grado de capitán segundo, formó parte del cuerpo de ayudantes de Robles, quien era ya era titular del gobierno del Distrito Federal.
En los siguientes años, Ruíz Cortines, ya como capitán primero, recibió instrucciones de afiliarse a las fuerzas del general Francisco de P. Mariel, como pagador general de las tropas. Más tarde fue ascendido a Mayor. En el gobierno interino del presidente Adolfo de la Huerta, se desempeñó como secretario particular del General Jacinto B. Treviño, Secretario de Industria y Comercio; y en el gobierno del presidente Obregón, trabajó en la Comisión Revisora de Hojas de Servicios Militares. Finalmente, se retiró del Ejercito Mexicano en 1926.
Al volver a la vida civil colaboró en los Ferrocarriles Nacionales, luego en el Departamento de Estadística Nacional, donde llegó a ser Director de Estadística Social, cargo que desempeñó por 14 años. Colaboró también como periodista en «El Nacional» y «El Crisol». En 1935, el General Lázaro Cárdenas lo nombró Oficial Mayor en el departamento del Distrito Federal, siendo más tarde diputado federal por el distrito de Tuxpan, Ver., en 1937.
En la sucesión presidencial de 1939, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) postuló como su candidato al general Manuel Ávila Camacho y dentro de la coordinación de campaña, Ruiz Cortines, fue llamado por el licenciado Miguel Alemán Gobernador de Veracruz, para encargarse de la tesorería de la misma. Para 1940, es nombrado Secretario de Gobierno de Veracruz.
El 1 de diciembre de 1940 el General Manuel Ávila Camacho asumió la Presidencia de la República y designó a Miguel Alemán Secretario de Gobernación, y éste, por su parte, nombró a Ruíz Cortines Oficial Mayor en dicha Secretaría, donde laboró hasta el 20 de abril de 1944.
Estando en esa situación inmejorable en sus relaciones con el ejecutivo federal, fue candidato y posteriormente Gobernador del Estado de Veracruz, tomando posesión del cargo el 1 de diciembre de 1944, y por su amplia y fructífera labor, siempre será recordado como un gobernador ejemplar, pues realizó acciones valiosas a favor de la entidad, tales como:
• Creador de las Juntas de Mejoramiento Moral, Cívico y Material.
• Apoyó el origen del Departamento para Estudios Técnicos y el Departamento de Antropología, en la recientemente fundada Universidad Veracruzana.
• Se formó el sistema de riego en La Esperanza, la Comisión de Zonificación y Planificación del Estado.
• Reglamentó los fraccionamientos urbanos.
• Creó plazas de agrónomos regionales.
• Propuso reformar la Constitución local para que la mujer participara en la función electoral y municipal.
• Pacificó el campo veracruzano.
• Construyó un gran número de escuelas e hizo crecer la red carretera hacia todos los puntos de la entidad.
Cuatro años después y tras la muerte de Héctor Pérez Martínez, Secretario de Gobernación en el gabinete del presidente Alemán; designó a Ruíz Cortines para sustituirlo. A su vez, Don Ángel Carvajal Bernal, sustituyó a Don Adolfo en el gobierno veracruzano, para concluir el sexenio.
El 14 de octubre de 1951, Ruíz Cortines se convirtió en el candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Su lema de gobierno fue “Austeridad y Trabajo”, como una forma de hacer la distinción de –en caso de ganar–, implantar un gobierno lejos de la ostentosidad. Posteriormente fue elegido Presidente de la República, ganándole la contienda electoral a su contrincante, el general Miguel Enrique Guzmán. Tomó protesta al cargo el 1º de diciembre de 1952 y lo concluyó el 30 de noviembre de 1958.
Las más importantes obras en el mandato de Ruiz Cortines, fueron: Se funda el patronato del Ahorro Nacional; creó el Programa de Bienestar rural en el país; Procedió a la explotación de latifundios extranjeros en los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila, llegando a acuerdos satisfactorios y cubriendo las indemnizaciones correspondientes; estableció precios de garantía en las cosechas e implementó el Seguro Agrícola. En ese periodo se construyó la “Presa Falcòn”, en Tamaulipas; fomentó y activó las Comisiones del Papaloapan, Tepalcatepec, El Fuerte, Yaqui, Grijalva, Usumacinta; impulsó campañas para la erradicación del paludismo. Así mismo, fortaleció la Industria Petrolera, con las plantas refinadoras de Azcapotzalco y Ciudad Pemex; y la Comisión Federal de Electricidad, incorporó el sistema en 627 localidades más.
Durante su mandato se impulsó también la construcción de carreteras y vías ferroviarias. Se amplió la cobertura educativa y la universitaria; en esta etapa se da un fuerte equipamiento a la UNAM, además de haber iniciado los subsidios a la Universidades de provincia y creó la Comisión Nacional de Energía Nuclear. También durante su gestión, se construyó el Centro Médico Nacional.
Creo también el Instituto Nacional de la Vivienda, dio estímulos a la industria particularmente a la mediana y pequeña empresa y puso las bases para el desarrollo de la petroquímica. Su periodo se distinguió como un gobierno que se preocupó por la generación de un alto nivel de empleos, pues México no podía rezagarse al desarrollo. Los trabajadores mexicanos siempre habrá de recordarlo con gusto, por los beneficios que se otorgaron durante su gobierno. Los salarios de los trabajadores crecieron a un nivel superior al costo de la vida e instituyó en 1954 la gratificación anual del aguinaldo para los servidores públicos, consistente en el obsequio de un mes de salario en el mes de diciembre.
Pero si algo tiene que recordársele a Don Adolfo Ruiz Cortines, es el haber sido un Presidente fuertemente demócrata. Cuando inició su gobierno, –y en cumplimiento a su compromiso de campaña–, envió una iniciativa de ley para reformar el artículo 34 de la Constitución, con la finalidad de conceder a la mujer iguales derechos políticos que al hombre, logrando que se concediera el voto a la mujer mexicana, siendo publicado el decreto el 17 de octubre de 1953.
Pero también su gobierno tuvo que enfrentar altibajos, no obstante que 1954, se decretó la devaluación del peso mexicano cuya paridad pasó de 8.65 a 12.50, esa devaluación fue oportuna y por lo tanto los efectos no fueron tan severos, lo que aseguró la estabilidad del peso durante 22 años.
En suma, Ruiz Cortines, fue un Presidente austero—algunos incluso lo tildaban de “codo”–, pero la realidad es que fue un Presidente justo, que supo meter orden en las finanzas nacionales, que controló a sus funcionarios y los sentencio con cárcel, si alguno dilapidaba las finanzas públicas y que aplicó los presupuestos a favor de las clases más desprotegidas del país. Por eso para algunos políticos ambiciosos, Ruiz Cortines no fue de su agrado. En cambio las clases populares siempre lo vieron como un gobernante positivo, que dio mucho y que generó confianza en su acción de gobierno, porque se produjeron grandes avances en lo económico, social, cultural y político y se reflejó en la económica familiar de las clases medias y bajas.
Indudablemente don Adolfo Ruiz Cortines, fue un gran Presidente, figuras como él se extrañan en la vida política del presente. Hombre creyente de la unidad nacional. Como dijera don Agustín Acosta Lagunés, Gobernador de Veracruz en 1983, en su discurso al inaugurar la casa-museo en el puerto de Veracruz: “Ruiz Cortines, llamaba a la Patria: “hogar común”, ella no es patrimonio de clase, grupo o de facción…para la Revolución Mexicana, la patria es una. Dentro de ella caben todos los mexicanos, cualesquiera que sean sus opiniones, sus creencias, su mentalidad, su posición económica y social. Por eso hay que defender la unidad nacional. Unidad para alcanzar metas comunes; unidad en el respeto mutuo y unidad en el acatamiento de las leyes que nos rigen”.
Don Adolfo, murió en la Ciudad de México el 3 de diciembre de 1973 y Veracruz debe sentirse siempre orgulloso de haber tenido entre sus hijos a un gran Presidente de México. Hombre que siempre expresó su orgullo de haber nacido y crecido en nuestra tierra. Tierra a la que siempre regresaba para disfrutar del sol y del calor humano de sus habitantes.
Y esa es la expresión que tiene su estatua, esa que se encuentra en el Boulevard que lleva su nombre en el Puerto de Veracruz. Erguido, mirando al horizonte, confiado y satisfecho por el deber cumplido.
Gracias y hasta la próxima.