El desarrollo social transforma nuestros hábitos y costumbres, cambios que pueden ser graduales o repentinos, pero que afectan nuestra vida. El concepto de familia se ha modificado significativamente durante los últimos lustros. Ahora, los investigadores y estudiosos de las realidades sociales han ampliado los términos.
De ahí que hablamos de familias tradicionales, ampliadas, monoparentales y unidades domésticas. La primera la componen padre, madre e hijos; la segunda, con los mismos integrantes que la anterior pero un miembro más, que puede ser abuelos, tías, algún hermano, esposa de un hijo y otros. En la monoparental, sólo está el padre o la madre con las y los hijos. Y la última, que empieza a ser más significativa en años recientes, puede integrar a miembros no consanguíneos.
No menciono a quienes, sin cohabitar con algún semejante, tienen en sus mascotas el afecto y obligaciones similares a las de cualquier familiar. Creo que esto aún falta por estudiarse.
En la Gaceta Parlamentaria del Senado de la República se publicó en octubre pasado un Punto de Acuerdo promovido por los legisladores José María Martínez, del PAN; Lisbeth Hernández Lecona, del PRI, y Adolfo Romero Lainas, del PRD. En el documento se destaca la urgencia de que los congresos de las entidades federativas que aún no cuentan con una Comisión de Familia, conformen este órgano legislativo.
Ya nuestra Legislatura acusó recibo del acuerdo senatorial y en breve –si así lo consideran pertinente– se integrará la nueva Comisión, o en su caso se ampliará la acción de alguna de las existentes.
En el Senado de la República, la Comisión Ordinaria de la familia y Desarrollo Humano se creó el 25 de febrero del año pasado, por acuerdo de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta. La preside la senadora Lisbeth Hernández Licona.
En su página virtual, se informa que: “Los integrantes de esta Comisión estamos convencidos de que la familia debe cooperar con el Estado y la sociedad civil organizada en la conservación del orden en la sociedad, orientando y educando social y políticamente a sus integrantes. Lo anterior, en el marco de un desarrollo humano integral, entendido como la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa, de acuerdo con sus necesidades e intereses”.
Por su parte, el senador José María Martínez, integrante de esa instancia legislativa y uno de los promotores del exhorto senatorial, comentó en entrevista publicada: «Existe una profunda preocupación, porque las condiciones hayan empeorado para muchas familias debido a las crisis económicas y financieras, a la falta de seguridad en el empleo, al empleo temporal y a la falta de ingresos regulares y de empleo remunerado. Así como en razón de las medidas adoptadas por los gobiernos que tratan de equilibrar su presupuesto mediante la reducción de los gastos sociales».
Sea pues, para nuestro bienestar y desarrollo humano, la creación de una nueva Comisión que oriente en el Congreso local, desde la confección de las leyes, la armonía y búsqueda de una mejor vida para las familias veracruzanas.
Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.