“Papá, así es como nos gusta vivir”, le dicen sus hijos a Javier Duarte cuando van a la casa de la mamá del gobernador, en Córdoba, y están todos juntos, en una “casa normal”.

Sé que sonará extraño y no dudo que hasta críticas se den, pero el gobernador cuenta que en la noche, cuando le da hambre y baja en pijama a hacerse un sándwich, de su cuarto a la cocina saluda a siete personas. Afirma que en la Casa Veracruz viven con él otras cien, pues es la actividad normal de la Casa de Gobierno. Desde luego que tanto movimiento vulnera la intimidad de una familia. Es por ello la añoranza de Javier, Carolina y Emilio de tener “una familia normal”.

Y es que el grado de firmeza y determinación con la que ha actuado el gobernador contra la delincuencia organizada hace que se tengan que tomar demasiadas medidas de seguridad,comentó en reunión con miembros de la Asociación de Periodistas del Estado de Veracruz Noé Valdés (Apever).

“Muchos dirán que es bueno andar así o que nos gusta, sin embargo es lo más estorboso y engorroso que pueda existir ir con un circo atrás… nos quitan la privacidad”.

Sus tres hijos (Javier, Carolina y Emilio), desde su nacimiento, han estado inmersos en la actividad pública.

Javi nació en plena campaña de Fidel Herrera, y le ha tocado vivir las responsabilidades de su padre como funcionario público y ahora como gobernador, así como otras diferentes campañas. Carolina nació en el sexenio anterior; y Emilio nació en éste.

Javier Duarte asegura que oficialmente ha sido el único gobernador-papá durante su mandato… “que no extraoficialmente”.

Incluso recordó cuando los escoltas de sus hijos abatieron a cuatro delincuentes frente a su escuela, o cuando se han detenido a otros y sometido a interrogación y han confesado planes para secuestrar a sus hijos. “Vivimos en una situación dura”, afirma Duarte, que sus hijos han sufrido ya que si quieren ir a algún lugar o al cine, tienen que ir con las escoltas, cosa que muchos ciudadanos no entienden. ¿Cómo decirles que los marinos tienen que ir con sus hijos por temor a que se los maten?

A los escoltas les ha recomendado que respeten a la gente, no se pasen los altos, no actúen con prepotencia ni como “guaruras”, “sean respetuosos. ¡Por favor!”

El gobernador de Veracruz platica que en uno de los pocos viajes que ha hecho a los Estados Unidos donde maneja un carro y puede abrir la ventana, sus hijos se sorprendieron pues acá en México siempre andan con escolta y carro blindado. Definitivamente, hace mención que este tema más que darle calidad de vida, se la quita, aunque son los tiempos que le ha tocado vivir.

De sus hijos confiesa amar a los tres: el grande, porque es el grande y porque se llama como él, además de que se ve reflejado en él; a Carolina, por ser la niña de sus ojos; y a Emilio, el pequeño de dos años, “es una bala”; al abrir el ojo es al primero que busca… “es muy simpático y muy despierto”. Fue quien le acompañó a entregar unos premios del deporte y salió con él tomado de sus piernas en una fotografía que circuló en redes sociales.

Por cierto, le pregunto si ve todo lo que sale en las redes sociales, pues en muchos casos son muy crueles con él. Me contesta que lo son con el gobernante en turno, aunque afirma que a las redes sociales hay que entenderlas y debemos acostumbrarnos a vivir con ellas.

Señala que las redes sociales son una catarsis de la sociedad, pues si se tiene un problema social o económico lo más fácil es decir “¡chinga tu madre gobernador!” o “¡chinga tu madre Peña Nieto!”, pues alguien debe de tener la culpa. Antes no se manifestaban así, aunque tal vez de otra forma, cuando se tomaba el café en grupo donde componía y descomponía al mundo.

Las redes sociales son engañosas, pues una persona puede tener muchas cuentas en las que operan contra alguien de manera positiva y negativa, ¡hasta hacen trendings topics.

“Yo soy trending topic”, presume. “¿Sabes cuando tengo picos y todos me siguen? Cuando les doy días de asueto, entonces sí todos dicen ¡Te amamos gobernador! ¡Duarte para presidente! Hasta tengo seguidores llamados Duarteliebers”.

“Pero hay otro aspecto de las redes sociales, las del ámbito público, las que deben ser para informar, no para entablar diálogos o debates, porque si te enganchas, pierdes. Lo importante es anunciar en tiempo real las actividades que se realizan”.

Afirma que los malos también usan las redes sociales, no sólo la gente buena. Platicó que recientemente se encontró al padre de Columba, la niña secuestrada y asesinada en Veracruz y con la que se movió cielo mar y tierra para encontrarla. Desgraciadamente el secuestro se hizo público, asunto que considera que es lo peor que puede pasar, pues se juega la vida de la víctima cuando los secuestradores se sienten descubiertos; éstos se ponen nerviosos y tratan de deshacerse de la víctima.

Es por ello que cuando un medio publica información sobre el secuestro, lo que sucede es que se pone en riesgo la vida de la víctima en un 80 por ciento. Por lo que consideró una irresponsabilidad de los medios publicitar un secuestro. “Por eso mataron a Columba”.

Aún recuerda cuando alguien tuitea: “gobernador, si no puedes renuncia, estamos hasta la madre de la violencia y la inseguridad, la hija de quién sigue cabrón”; poco después se enteró que ese tuiter era de la secuestradora y todo mundo siguiéndola como la voz de la sociedad. “Los valores los invertimos; los malos somos los buenos y los buenos parecen malos”.

En las redes sociales se viraliza el comentario más estridente, más sensacionalista, no el más serio o el que se apega a la realidad.

Es fácil echar en contra de las instituciones y el gobierno a la sociedad, pero confía en que poco a poco la sociedad les dé su justa dimensión.

No podía faltar que el gobernador comentara el asunto de la señora que le reclamó en Orizaba y el cual se viralizó haciéndolo ver como el malo de la película o del video. Ante ello, el gobernador confiesa que iba con sus tres hijos y que no era el momento de tratar su asunto.

Afirmó que a la señora se le ha atendido muchas veces y que ella misma está consciente de los motivos de desaparición de su hija. “Desde luego que los buenos parecen malos pues después me ponen como un gobernador insensible que no sé tratar a la gente. Sin embargo, no saben el fondo real. Es a lo que estoy expuesto”.

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