En estos días la rebatinga por las candidaturas y los candidatos está a la orden del día. Cada partido y cada aspirante a la minigubernatura tiene sus propios intereses y estrategias.
El único candidato ya definido es Miguel Ángel. Él va a definir en cada distrito quien le conviene como candidato a diputado local. En algunos casos va a considerar a posibles ganadores, y en dónde no tenga posibilidad de ganar, invitará a alguien que será posible perdedor, pero que le ayude a llevar más votos a sus colores. Al final hará una medición de los votos de cada distrito y sabrá si en realidad puede ganar o no la elección.
Otro criterio que usan los partidos políticos, es encontrar quien pueda pagar su propia campaña, pues eso les permite ahorrarse mucho dinero. Es bien sabido que sin dinero no hay campaña ganadora, así que mientras más rico el aspirante, más posibilidades de llevar votos a sus colores. Claro, sin importar si al final gana o pierde la elección, pues será su dinero, no del partido ni de los aspirantes a la minigubernatura o del pueblo, el dinero que se gaste.
Algunos de los partidos políticos pequeños, buscan candidatos con el fin de el pequeño incauto invierta tiempo y dinero sin ninguna posibilidad de triunfo, pero buscando sus cinco minutos de fama. Y así gracias al pequeño incauto, el partido político obtiene los votos suficientes para conservar su registro. Gracias a los recursos invertidos por el pequeño incauto, el partido político logra algunas posiciones plurinominales, para sus miembros destacados, y también gracias al pequeño incauto, el partido político conserva y quizá hasta incremente sus prerrogativas… Mientras que al pequeño incauto, el salieron muy caros sus cinco minutos de ego y fama.
Cuando la tenebra política entra en acción, también se busca a un candidato manejable, el cual cumpla las directrices de su comité ejecutivo estatal. ¿Qué instrucciones le pueden dar al candidato? La primera es visitar ciertas secciones electorales, para las cuales ya le dieron souvenirs suficientes, incluso cemento, varilla, áperos de labranza, láminas, grava, arena, etc. Pero usarlos sólo en esa sección electoral… Eso a cualquiera entendido en estos menesteres, le llamaría la atención y sabría que en el análisis electoral, se descubrió que esa sección no votaría jamás por ¨x¨ candidato o partido político, así que para debilitar al contrario, se manda a otro candidato de otro partido político para hacer proselitismo y quitarle votos al rival más fuerte.
También se le puede pedir al candidato ¨a modo¨ que no haga campaña política, para que así gane quien ya pagó por el apoyo del comité directivo estatal. Y si el candidato del partidito decide hacer campaña a pesar de todo, entonces comienzan a faltar los apoyos y la propaganda con el fin de debilitarlo. Incluso, se han dado casos en que sucede lo contrario, el análisis electoral indica que la única manera de debilitar al contrario más fuerte, es precisamente haciendo subir a otro candidato, para que la elección se divida en tercios, y gane quien esta manejando los hilos del poder en los otros partidos.
Siempre hay opciones para que su propio partido haga perder a un candidato ganador. Las estrategias varían: Una de las más socorridas es poner representantes de casilla que se sabe venden su firma al mejor postor. Impedir que el candidato ganador ponga sus propios representantes. No darle el control de la campaña y la elección al candidato. Instalar como coordinador de campaña o en algún otro puesto importante a un esquirol que sólo dañará la campaña y separará la unión que debe de haber en el partido impulsando a su aspirante.
Normalmente el partido es el que define que casillas cuidará cada quien. Así que los que viven en el norte cuidarán las casillas del sur. Los que viven en la ciudad las rurales y viceversa. Es decir, hay muchas técnicas difíciles de detectar que permiten que un partido simule que intenta ganar una elección, cuando en realidad está trabajando para perderla. Incluso una un poco más descarada es dejar un 22% de las casillas sin representante, para que así no se tengan las actas de escrutinio y jamás se sepa quien ganó la elección.
Incluso, hay partidos políticos que no hacen acopio de actas el día de la elección, permitiendo que sus candidatos jamás conozcan las cifras reales de votación y con ello, no estén en posibilidad de reclamar absolutamente nada.
Las mañas son muchas. Hay ayuntamientos que ganó la oposición gracias al pacto por México. Chantajearon al presidente de la República con dejar de apoyar si no se respetaba el supuesto triunfo en tal o cual ciudad. Y en otros casos, se habló de urnas rellenadas para que ganara tal o cual candidato… ¿Cuáles urnas? Esas en las que las actas tenían discrepancias que obligaran a abrir la urna y llevar el conteo de voto por voto, que obvio altera el resultado.
También hay zonas dónde se estimula a la gente a no votar, mediante actos de violencia, o al contrario paz y tranquilidad para que voten. Robo de urnas, amenazas tanto el día de la elección como en días previos.
Y por último y lo más conocido y trillado: La compra de votos, el acarreo o transporte de votantes, y la compra de credenciales de elector un día antes de la elección en zonas dónde votarían por el candidato opuesto al nuestro. Cabe aclarar que esas credenciales de elector se regresan un día después de la elección, pues le resultan necesarias a quien las entregó a cambio de unos centavitos.
Después de todo esto, no cabe más que decir ¡Bendita democracia de México!
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