Y NADA, que la reciente reunión pública entre los dos Senadores de la República, constituye, en este momento, otro capítulo más que se escribe dentro de la vida política de Veracruz, pero de manera especial, en el rumbo que se ha trazado para la sucesión gubernamental.

Cuando todo mundo creía que los Senadores de la República, se habían disciplinado, cuando menos, ante los esfuerzos del propio dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien vino a poner paz y tranquilidad en un ambiente ya enrarecido por estas actividades políticas, todo se viene por tierra y tanto Pepe como Héctor Yunes, se ponen nuevamente en el papel de retar, por así decirlo, al propio grupo de Palacio de Gobierno, y diríamos, sin equivocarnos, que hasta con las mismas circunstancias políticas que se han venido presentando en los recientes meses.

Por lo tanto, no hay nada nuevo.

Pepe Yunes, se ha puesto en el papel de seguir construyendo su propia candidatura, atajando cualquier estrategia que pretenda, entre otras cosas, generar una especie de rotura en la unidad política que ha formulado con su homólogo Héctor Yunes Landa. Sigue trabajando como el primer día en que pensó ser candidato a la gubernatura.

Los acuerdos con Héctor, siguen en la misma sintonía. No hay marcha atrás en estos propósitos políticos, porque ambos se fortalecen definitivamente en su posición reiterada de hacer que Veracruz, tenga otro destino, generando mejores condiciones para todos los veracruzanos.

Pepe Yunes, se revela una vez más ante la posibilidad de que le quieran jugar chueco. No acepta que le quieren ver, de nueva cuenta, la cara de un hombre sin fuerza, sin poder, sin confianza en sí mismo, sin su propio valor personal y político.

Y resume un importante mensaje en lo que ha expresado durante el convivio político con Héctor Yunes Landa, con los principales pilares de la estructura política que se tiene en Veracruz, tanto la suya como la de su compañero legislador. Pepe, fue muy enfático cuando afirma que ambos, es decir, junto con Héctor, tienen un proyecto amplio, muy ancho, que trasciende un bienio, que trasciende un sexenio, y habla de un proyecto tan largo que es intolerante a la duda. Pepe Yunes, habla, por lo mismo, de un acuerdo que tiene como fundamento la gubernatura de dos años y otra más allá, que será la de seis años.

Por primera ocasión, Pepe, se anima y propone un gobierno de ocho años, entre los dos Senadores de la República.

Y lo anterior, cabe señalarlo, coincide con lo que hemos expuesto en espacios anteriores, es decir, que quien gane la candidatura para los dos años, estará ganando, sin duda, la candidatura para los seis años siguientes.

Nadie arrebatará a los dueños de la posición bienal, una oportunidad segura de seguir manteniendo el poder por otros seis años más.

Esto, está más que claro.

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¿Y HECTOR YUNES, que dice al respecto?

No cambia, de ninguna manera, el discurso de su propio compañero en el Senado de la República, Pepe Yunes.

Adjunta su propio pensar a las ideas del mismo político de Perote. Ambos tienen la misma tendencia en un propósito político nunca visto en la entidad veracruzana, y quizá, nunca visto, de igual manera, en todo el país.

Por eso, quizá, por eso, se ha calificado a este proceso interno del Partido Revolucionario Institucional, como completamente inédito, donde dos hombres, de la misma capacidad política, con las mismas intenciones, con los mismos acuerdos, lleguan a un punto de convergencia política tan interesante y solidaria.

Héctor Yunes Landa, expresó que los senadores del PRI se encuentran unidos y dijo que el reto mas grande que tienen, es vencer la voz de quienes aspiran a verlos distanciados.

Con lo anterior, confirma que ambos están caminando en el mismo sentido. Ambos se defienden de las provocaciones y de todos los ataques que provienen desde una misma fuente. Ambos se paran nuevamente frente ante quienes les disputan la gran oportunidad política de poder hacer algo por Veracruz, como lo han reiterado constantemente.

Así las cosas, el ambiente político de Veracruz, se endereza de su posición estable y cómoda, para volver a entablar una contienda que comenzó con fuerza en los primeros días del mes de enero de este año y que no ha cesado por ningún motivo. Esto es lo que hace a Veracruz, seguir siendo uno de los principales dolores de cabeza del propio Presidente de la República, y sin duda, del propio dirigente nacional priista.

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EN OTROS TIEMPOS, el Partido Revolucionario Institucional, se alistaba a sorprender a la propia oposición política, con un candidato a la medida del momento y sin duda, a las propias circunstancias que se presentaban en el panorama político estatal.

Hoy, los conflictos internos del propio tricolor, por cuanto corresponde a la decisión sobre la candidatura oficial, para contender por la gubernatura, han cambiado el panorama, poniendo en serio riesgo la unidad política de todos los militantes, pues como se ve, los grupos políticos se han declarado en una guerra sin cuartel, sin que quepa la esperanza de que en algún momento, se considere llegar completamente unidos a un proceso electoral que definirá, no tan solo una periodo gubernamental de dos años, sino otro más que habrá de constar de seis años.

Por eso, el PRI, se ha quedado en este momento, solamente como receptor de los acontecimientos que se suscitan a su alrededor. Sabe que no tendrá nada que ofrecer como sorpresa a los contrarios, más que la esperanza de un acuerdo conjunto que lo haga verse fuerte en un proceso electoral de esta naturaleza.

Que el altísimo de la política, ponga fin a estos desacuerdos para poder triunfar una vez más.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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