«La idea es que pudiera estar cerca del Papa Francisco, en su visita a México, la gente que más participa en la comunidad, no es que sea un elemento discriminatorio, pero evidentemente, quien más va a misa, quien más participa, podría decirse que tiene mayores posibilidades de estar en estas celebraciones, como resulta lógico», expresó Ricardo Valenzuela, uno de los coordinadores de la visita papal. «Cada obispo tendrá en mente cómo distribuirá los boletos por parroquias, por movimientos, por grupos», agregó. La nota es de Iván Saldaña en «Excélsior»-