FINALMENTE, las renuncias de varios panistas reconocidos, sobre todo, del centro del Estado, hace que surja la verdadera situación política del blanquiazul, en el panorama político de la entidad.

Como ya lo habíamos comentado en su momento, el PAN, no es un partido fuerte en este momento que pueda disputar, como se ha venido pensando, la gubernatura de dos años.

Es más, ni siquiera la famosa alianza con el PRD, le daría esta oportunidad, porque se ha visto que también, los que quieren los perredistas es agarrarse de un partido, que supuestamente estaba en condiciones de ganar las elecciones del mes de junio, para seguir siendo un partido político con presencia en la entidad veracruzana.

No es así, el PAN, se tambalea en este momento y la alianza queda, nuevamente, en el limbo, pues los altos mandos del PRD, ya estarán pensando en retirarse antes de que venga la debacle panista y se los lleve, también, entre estos serios problemas de unidad interna que padecen en este momento, todos los panistas del Estado.

Así, parece terminar la historia de un partido político que aspiraba quitarle al PRI, el privilegio de seguir mandando en la entidad veracruzana.

Bastó pues, que Juan Bueno Torio, uno de los más avanzados políticos en la carrera por la sucesión en Veracruz, renunciara a su partido, para que otros connotados políticos del centro de la entidad, hicieran lo mismo para demostrarle a los dirigentes nacionales de este partido político, sus desacuerdos con la posible nominación, desde el centro, de Miguel Ángel Yunes Linares, de quien hemos dicho permanentemente, que no vendría como candidato y menos en este momento en que las cosas se han puesto sumamente difíciles para poder seguir en este proyecto político que parece haberse definido precisamente a favor de su persona.

Si bien, el pleito del dirigente estatal del PRI, Alberto Silva Ramos, en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, había abonado gran parte de publicidad y presencia política de este último, ahora es quien, precisamente, otorga la posibilidad de que el PRI, se beneficie con este escándalo que sepulta al PAN, para las próximas elecciones.

A estas alturas del partido, como se diría deportivamente, el PAN, difícilmente podrá levantarse, cuando menos para enfrentar este compromiso en las próximas elecciones que ya se encuentran a menos de seis meses, tiempo insuficiente para que cualquier candidato a la gubernatura, sea Yunes Linares, u otro, no podrán penetrar en la conciencia política de los electores veracruzanos, lo que sería necesario para tener, cuando menos, una pequeña esperanza de triunfo en la contienda constitucional que se acerca.

Con todo esto, sale al escenario público de Veracruz, la debilidad política del PAN, pues tan solo con unas cuantas renuncias de políticos reconocidos, se desborona sustancialmente, de tal manera que ni la alianza lo pondría nuevamente en el ruedo, ni tampoco, los militantes que tiene todavía, lo salvarían de una nueva derrota política en las próximas elecciones.

Es posible, que ante este panorama, la alianza PAN-PRD, no se concrete, porque los perredistas no podrán poner su pequeño capital político en manos de un partido quebrado, debilitado y crucificado por la ambición política de unos cuantos.

El PAN, efectivamente, se tambalea, con la renuncia de unas cuantas piezas de su estructura, lo que indica, la debilidad de sus propias bases.

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PERO APARTE, MUY aparte de los problemas internos del Partido de Acción Nacional, su posibilidades políticas de alcanzar la gubernatura del Estado, se ven mucho más reducidas con un candidato del PRI como Pepe Yunes, o Héctor Yunes Landa.

Los dos Senadores de la República, ampliamente conocidos y reconocidos en la entidad veracruzana, como los más fuertes políticos con rumbo a la gubernatura del Estado, no podrían ser derrotados, cualquiera de ellos, en una contienda totalmente desigual, donde los panistas ni los perredistas, tienen la suficiente capacidad política para lograrlo.

Es claro que tanto Pepe como Héctor Yunes, tienen acaparada la mayor parte de la estructura política de la entidad, porque a lo largo de varios años han trabajando incansablemente para lograr sus objetivos y han llegado, efectivamente, al punto de convergencia de sus propios proyectos, pero con acuerdos firmes, solidarios de que si no va uno, va el otro, pero tampoco dejaran que su capital político, alcanzado con grandes esfuerzos durante tantos años, se venga por tierra.

Por eso, es seguro que entre Pepe o Héctor Yunes, está el candidato del PRI, a la gubernatura del Estado.

Pero esto debe quedar definido en los próximos días, es decir, de aquí a la mitad del mes de enero.

La candidatura tricolor, no se encuentra detenida por la posibilidad de que otro aspirante pueda entrar en la jugada, sino porque los tiempos políticos, así lo requieren. La candidatura, como se ha dicho permanentemente, ya se encuentra resuelta a favor de uno de los dos Senadores de la República. No hay más.
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SI EL PROXIMO Gobernador de Veracruz, lo es Pepe Yunes, como ya lo hemos comentado en varias ocasiones, Américo Zúñiga Martínez, actualmente, el mejor alcalde del Estado de Veracruz, podría convertirse en Secretario General de Gobierno, incluso, eso sí, si el Gobernador, lo fuera el mismo Héctor Yunes Landa, pues tendría, de todos modos, el respaldo político absoluto del político de Perote.

Américo, por esta y otras razones poderosas, tiene asegurada una posición política en el próximo gobierno.

Las circunstancias políticas, lo irían acomodando, de tal manera, que podría ser también uno de los principales protagonistas de la vida pública de Veracruz, debido a su trayectoria que ha logrado hasta el momento, como también, el hecho de ser uno de los mejores jóvenes políticos que tiene ahora el Partido Revolucionario Institucional.

Américo, ha demostrado constantemente su capacidad para gobernar y para administrar, lo que ahora se requiere, como un indispensable requisito en la vida pública de Veracruz.

Y ello, lo saben los dos aspirantes priistas más fuertes a la gubernatura del Estado, es decir, Pepe y Héctor Yunes.

Así las cosas.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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