Por Ramón Durón Ruíz
Hay una historia que parafraseo para usted: “En el modesto pino de Navidad, adornado con pocas esferas y una guía de luces que no encendían, el nieto del Filósofo colgó un calcetín, en el depositó una carta con su pedido de juguetes a Santa Claus. En la madrugada de la Navidad se despierta, y presuroso corre al pinito en busca de los regalos que le solicitó a tan generoso personaje.
Para su sorpresa, no había ningún regalo en el pinito. Triste iba de regreso a su cama, cuando ve que los vidrios estaban empañados por el gélido frío que azotaba la región, lleno de curiosidad desempaño el vidrio de la ventana, para su sorpresa, la modesta huerta de naranjos que con tanto empeño cultivaba su abuelo, estaba totalmente dañada, los naranjos –debido al hielo– se habían partido por la mitad hasta la raíz.
Inmediatamente corrió a despertar al campesino de Güémez: — ¡Abuelito!, ven, –le dijo el niño tomándolo de la mano para que se levantara– lo llevó al vidrio que había limpiado y le señaló: mira… ¡Se están rajando los naranjos!
El Filósofo miró con tristeza su huerta, volvió la mirada a su nieto y le dijo:
— Mientras no nos rajemos nosotros… ¡VAMONOS PA’ LANTE!”
La moraleja es profunda, en esta Navidad te invito a que ningún problema, ninguna adversidad haga que te rajes, mucho menos que te quiebres, tu siempre de una sola pieza, como la quijada de arriba, ¡Firme! Deja ya de estresarte, también deja de quejarte, ambas invalidan tu gozo de vivir, tu como los borregos pa’lante, “pa’ atrás ni pa’ agarrar vuelo”.
No olvides que la vida “es lo que viene, no lo que fue”, saca las lecciones del seno mismo de la adversidad, tu siempre con la mira hacia lo alto, “pa’ lante”, porque la vida es como las rosas, que a pesar de su hermosura, resulta inevitable que tengan espinas, te pido un alma generosa que frente al dolor del pasado, irradies amor, esperanza y oraciones en el presente.
Tu como el sol, siempre ‘pa’ lante’, dando luz a tu paso, que nada detenga tu viaje, tu evolución y crecimiento, en el transcurso bendice a tu familia, a tus amigos, a los que sirven a la sociedad, a los líderes, a los enfermos y desvalidos, a las madres solteras y a los ancianos, a los que sufren de abandono y soledad, la mejor manera de bendecir tu camino es bendiciendo a la vida.
Cuando a pesar de los tropiezos sigues ‘pa’ lante’, te conviertes en la mejor versión de ti mismo, tienes la mágica intuición que te lleva a saber que hay una vida sorprendente y mejor para ti, no desanimarte, ni claudicar embona a la perfección cada una de las piezas del rompecabezas de tu vida.
Cuando conviertes la adversidad en un escalón, y sigues ‘pa’ lante’, sacas el máximo provecho de cada caída, de cada golpe, entonces mana tu energía espiritual, llenándote de armonía con el creación, obsequiándote una regocijante paz interior, transportándote al encuentro con las cosas más sorprendentes, agradables y bellas del universo.
En plena Navidad, la adversidad y el dolor hacen que reconozcas de que estas hecho, y sigas ‘pa’ lante’ sacando a flote tus dones y bienes, para que pleno de humildad invites a Jesús a tu mesa, él te corresponderá llenándote de salud, amor y bendiciones, te apoyará para que edifiques una excepcional Navidad donde la paz, la esperanza, la luz, la bienaventuranza y la certeza de un 2016 pleno de prosperidad, colmarán tu hogar.
Cuando la adversidad llega, conoces a los amigos y te conoces a ti mismo, entonces lleno de espiritualidad caminas ‘pa’ lante’, manteniendo una relación perpetua e infinita con el Padre, a quien das las gracias por lo que el año que termina trajo y también por lo que se llevó, bendices la vida con amor, sacando a flote tus virtudes.
Cuanto a pesar del dolor que genera la adversidad, sigues ‘pa’ lante’, pones a prueba tu valor, te conoces a ti mismo, entonces disfrutas el milagro de la alegría de vivir en la frecuencia altísima del amor, que es una magia que no tiene principio ni fin, y que te ayuda a debilitar el ego que tanto daña tu vida. La adversidad, propicia que descubras tu genio e ingenio, para que con la magia de la perseverancia sigas ‘pa’ lante’, haciendo que brote la esperanza, que despierta tus talentos, que aligera la carga de tu vida y amorosamente equilibra tus sentidos.
La adversidad eleva tu imaginería, hace que te encuentres con la sabiduría, que te enseña a ir ‘pa’ lante’, En esta Navidad éste viejo y ajetreado Filósofo ora con fe, deseando que: ¡DIOS dé rumbo a tu camino; ilumine tu morada; llene tu vida y la de tu familia, te de trabajo, salud, bendiciones y felicidad, que aprendiendo a seguir siempre ‘pa’ lante’ tus sueños se hagan realidad en el año que está por nacer, deseando para usted con cariño… ¡FELIZ NAVIDAD!
Resulta que “un Diputado invita al viejo Filósofo a una posada navideña con los integrantes de su partido, de pronto el campesino de Güémez asustado comenta: — ¡Me ‘ingaron la cartera!
El Diputado organizador pide que todos se formen y dice: — Ha desaparecido ‘misteriosamente’ la cartera del Filósofo y no quiero que se vaya con una mala impresión de nosotros, tampoco deseo castigar a nadie. Les daré una oportunidad, antes de tomar una medida drástica, pues no me gustaría que algún inocente saliera perjudicado. Esto será lo que vamos a hacer. Pondremos la mesa de ese florero en medio del local, apagaremos la luz, irán desfilando al lado de ella, y el que tenga la cartera la dejara encima, sin hacer ruido.
Todos se forman en una fila, ponen la mesa, apagan la luz y empiezan a desfilar de uno en uno. Al cabo de un rato el secretario particular grita: — Diputado, ¡ya!
— Qué… ¿Ya apareció la cartera? — ¡No…! ¡YA SE ‘INGARON LA MESA!”