Por Ramón Durón Ruíz

Padre al estar por cerrarse un ciclo más de mi vida, HOY, como ayer, te doy las gracias por enseñarme a justipreciar la dimensión exacta del universo; gracias Padre, por enseñarme a respetar y valorar el éxito ajeno, como si fuese propio; gracias Padre, por darme un trozo de vida y por enseñarme a apreciar las cosas que adquiero con el sudor de mi esfuerzo.
Gracias Padre, por darme tanto para enamorarme de la vida; por alimentar mi rica imaginería para conocerme mejor; por hacer de mi vida, “un árbol de profundas raíces, grueso tronco, largas ramas, tan alto como mis sueños, tan grande como mi esperanza, que con su sombra protectora y agradable, cobije mi vida y sea reposo para el caminante”
Gracias Señor, por permitirme en éste fin de año, prender de sus ramas los nombres de las personas que amo y bendigo, de mi familia, de mis seres queridos, de los que tengo cerca, de los que viven lejos, de los amigos, de aquellos que constantemente veo y de los que siempre recuerdo, los de los momentos difíciles y las horas alegres, aquellos que sin querer lastimé y los que sin querer me hirieron, que en conjunto me enseñaron el sentido último de mi vida.
Bendice a mis amigos humildes, también a los importantes; a los que son una Biblia en sus enseñanzas o los que son libro abierto para las mías; Bendice Señor a todas las madres del mundo, has hecho de ellas un santuario para la esperanza; también a los ancianos, fuente inagotable de sabiduría; gracias por brindar a los niños la risa y la salud, son los proveedores de nuestras ilusiones, ellos que nos permiten ver la grandeza del amor, en las cosas pequeñas de la vida.
Bendice Padre a los jóvenes, de ellos aprendo el valor de la riqueza, porque son felices HOY con lo que tienen; acuérdate de los profesionistas, ayúdalos a encontrar en el servicio el camino a su realización personal; bendice a los viajeros, de ellos aprendo a dar un paso al frente para ir en busca de mis metas y que todos los caminos conducen a ti, que eres la esencia de mi alma.
Has que el espíritu de paz inunde de bendiciones los hogares del mundo; ayúdame a no perder las pequeñas alegrías esperando la gran felicidad; has de las raíces del árbol de mi vida fuente inagotable de oración; del tronco alegrías y sueños; de las ramas amor que me acerque a todos, para llegar a ti; y finalmente en la parte superior coloca una estrella, tan grande como mi sed de ti, tan fuerte como la esperanza; que sea pan para los pobres y faro que los guie en la adversidad, esperanza que enseñe a vivir con serenidad el HOY a plenitud, a comprender el porqué de la vida y de las cosas.
En éste año que se cierra, gracias por ayudarme a vivir plenamente cada hora como un milagro irrepetible, porque el reloj de mi vida marcó cada minuto al compás de los latidos de mi corazón; “destruye mis indecisiones con la acción; sepulta mis dudas con la Fe; echa abajo el temor con la confianza, el odio sepultado con tu amor” y ayúdame a sonreír, sonreír para los otros, para mí, para la vida, a hacer un romance con el humor.
Padre, que en el árbol de la vida, encuentren salud los enfermos, amor los huérfanos, pan y sustento a las madres solteras, trabajo los desempleados, esperanza los desconsolados, sabiduría los líderes y a todos los hogares del mundo llénalos de tu Divina presencia.
HOY mis oraciones, van plenas de agradecimiento por un año más de vida; por regalarme el mágico poder reparador del sueño y del amor; por enseñarme el arte de viajar despacio para apreciar las maravillas de la existencia; por permitirme cuidar el árbol de la vida; por ayudarme a disfrutarlo; por prender la luz de mi espíritu y encender el fuego en mi interior; por asignarme “un camino, un corazón para creer, dos manos para trabajar, unos ojos para verte y una voz para encontrarme contigo en la oración”
Por un año que se cierra y otro que se abre, por todo lo que me une íntimamente a ti…
¡¡¡GRACIAS PADRE!!!
Fuente: http://www.tubreveespacio.com/qdic-pensamientos%20de%20navidad.htm; http://www.amorpostales.com/tarjeta-arbol-de-navidad.html