PUEDE PERDER LA GUBERNATURA

Que comerciante en pieles finas retornará a la SEV

Al iniciar el 2016, el nerviosismo y las preocupaciones políticas se han acentuado más todavía en las cúpulas priista y gubernamental estatales, con motivo de los eventos electorales que culminarán con la elección del gobernador y la renovación de la cámara local de diputados en junio próximo.

Destaca sobre todo lo relacionado con el desenlace que tendrá la nominación del candidato del PRI al gobierno del estado, el crecimiento exponencial y peligroso, para la clase en el poder, del candidato de la coalición panista –perredista, Miguel Ángel Yunes Linares y la participación del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en la contienda electoral para la renovación del Poder Ejecutivo Estatal, que pueden poner en riesgo la permanencia del PRI en el gobierno con la llegada de otro partido político.

Pese a toda la confianza que según le otorgó el Presidente al gobernador Javier Duarte De Ochoa para conducir el proceso electoral que se supone habrá de culminar con el triunfo del candidato del PRI al gobierno del estado de Veracruz, la realidad es que la situación política de la entidad, en vísperas de la nominación, se encuentra seriamente complicada y hay quienes aseguran que el tricolor podría morder el polvo en los comicios de junio próximo y entregarle malas cuentas a Enrique Peña Nieto.

Además de ese estira y encoge que se dio hacia el interior del Partido Revolucionario Institucional para seleccionar a su candidato, hay otros factores que incidirán en el comportamiento electoral de la militancia priista en contra de cualquier fórmula que postule su partido.

Algunos observadores políticos consideran incluso que el hecho de que el Partido Revolucionario Institucional se decida finalmente por la candidatura del senador Héctor Yunes Landa, el mejor posicionado en las encuestas junto con su homólogo Pepe Yunes, no constituye ninguna garantía de que el PRI vaya a ganar la elección para gobernador por un período de dos años, ante lo grave de la irritación social que prevalece en la entidad

El hastío priista y la gravísima situación socioeconómica que actualmente se vive en el estado de Veracruz, son, entre otros, elementos explosivos que permiten suponer que existen las condiciones objetivas para que se dé por primera vez la alternancia partidista en el gobierno de la entidad.

Tan es así, que preocupa de sobremanera al PRI y al gobierno estatal la alianza del Partido Acción Nacional con el de la Revolución Democrática que postula como su candidato al diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo triunfo en las urnas podría poner a temblar a muchos de los actuales funcionarios estatales.

De allí que el aparato priista y de gobierno estén echando mano de todo tipo de recursos para cooptar a quienes simpatizan y apoyan la candidatura del neo panista de Soledad de Doblado.

En el marco de esa estrategia de división y debilitamiento de la coalición panista perredista se produjo la salida del blanquiazul de Juan Bueno Torio, un político que obtuvo riqueza y poder al amparo de ese partido al que finalmente renunció para servir a los intereses de la clase gobernante priista. La honestidad de este personaje a su paso por Petróleos Mexicanos, por cierto, es muy cuestionada.

Por otro lado, también hay preocupación por el descalabro electoral que pudiera infringirles el Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) que con un candidato aparentemente endeble bien podría levantarse con el triunfo colgado del poderoso efecto político de Manuel López Obrador

EL PILÓN

Que un personaje con pésimos antecedentes, mejor conocido por ser traficante de pieles finas, podría retornar a su antiguo y poderoso cargo público ahora que el Oficial Mayor de la SEV sea postulado candidato del PRI a diputado local.

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