«El logro del gabinete de seguridad debe ser reconocido. Regatearlo, como lo hicieron los antisistémicos en la redes sociales, resulta patético. Saturaron Facebook y Twitter con el mismo mensaje, aunque con distintas palabras: la reaprehensión de «El Chapo» no es otra cosa que una cortina de humo para tapar los efectos de la depreciación del peso y la caída de los precios del petróleo. La acción no es el triunfo de las instituciones sobre la delincuencia organizada ni el fin de la violencia y la impunidad que la alimenta. Pero sí es un paso que reivindica el Estado de Derecho». Lo comenta Francisco Garfías en «Excélsior».