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Me dispongo a elaborar mi columna de cada semana, el chapo ha robado las portadas nacionales e internacionales, por lo que es tema obligado, sin embargo, no puedo dejar de lado que los caídos en nuestro país son más. No se trata sólo de la recaptura del narcotraficante más buscado, sino también de como cae nuestra moneda igual que la economía de la gente; caen miles de personas de rodillas, implorando justicia por sus hijos desaparecidos; caen lágrimas por la falta del pan de cada día, de seguridad y educación, pero no cae el dinero en las cuentas de los jubilados que dependen de su pensión para vivir; no caen los políticos corruptos ni las certezas respecto a los 43.Mientras tanto, nos dicen que la misión se ha cumplido. ¿Acaso detener a un criminal es la única misión del Presidente?.
México es el país de los contrastes, sólo aquí todo puede pasar. Los capos se vuelven celebridades ¡y de las grandes!. Entretanto se ignora a luchadores sociales como Mireles, quien tratando de resolver un problema que le competía al gobierno -la seguridad en Michoacán-, acabó preso en el 2014. Pese a ser considerado un héroe por muchos, gracias a su lucha social con las autodefensas; ante las autoridades es un criminal y paga su condena en la prisión federal de Hermosillo sonora.
Mireles sufre alejado de quienes quiere y su tierra, pero Joaquín Guzmán Loera se codea con talento nacional como Kate del Castillo, quien interpretara a La Reina del Sur y Sean Penn, actor de talla internacional, recordado por múltiples éxitos cinematográficos tales como La delgada línea roja, 21 gramos, entre otras. En La vida secreta de Walter Mitty, Sean Penn da vida a un reconocido fotógrafo y aventurero, papel que seguramente fue de utilidad para hacer frente a la entrevista que realizó para RollingStone. En la cual cuestiona al narcotraficante sobre sus orígenes en el negocio de estupefacientes, su opinión respecto a lo que hará el gobierno mexicano si lo encuentra y las drogas.
La noticia de la recaptura del capo abarcó las primeras planas de todos los medios, en un momento en que el dólar se cotiza en más de 18 pesos mexicanos, por lo que de inmediato en redes sociales la especulación no se hizo esperar, prueba de la falta de confianza que los mexicanos tienen en el gobierno. Las teorías van desde una cortina de humo para desviar la atención de la realidad en el país, hasta la falsificación de captura.
En lo personal considero que para todo lo referente a dicho narcotraficante la opinión con mayor peso es la de Anabel Hernández, quien nos hace ver algunos puntos: 1) ¿Por qué felicitar a las instituciones que hicieron posible la recaptura, si fueron las mismas quienes lo dejaron escapar?, 2) Con o sin el chapo, el cártel de Sinaloa y el narcotráfico van a seguir. El mismo Guzmán Loera afirma en la entrevista: “El día que yo no exista seguirá el tráfico de drogas”.
Albert Einstein definía a la locura como la repetición de una acción de igual forma, esperando resultados distintos, y justo eso ocurre con el gobierno, han capturado por tercera vez al hombre que destronó en fama incluso a Pablo Escobar, y nuevamente lo envían al Altiplano, lugar del que se fugó con anterioridad y dónde se ha comprobado el trato especial que recibía. Esperemos al igual que pidió Ángeles Mastretta en su cuenta de twitter, que ahora sí lo guarden bien y no se les escape otra vez, además de señalar lo que Anabel y El mismo capo recalcan: “Mientras haya negocio, habrá repuestos”.
Al menos la recaptura nos llena de aprendizajes: la vida cambia en un segundo, disfruta todo lo que puedas, la vanidad tarde o temprano es enemiga, Joaquín Guzmán Loera fue detenido gracias a su interés de realizar una película autobiográfica, pero sobre todo no descuidemos lo más importante, centrar la atención en un evento como éste es válido por un momento, pero no es la misión cumplida que anunciaba el Presidente en redes sociales, su verdadera misión es cumplir con sus promesas iniciales, dar respuesta ante el resto de eventos que sacuden a la nación y atrapar no sólo a capos sino a todos los corruptos y aquellos que violan de manera constante la ley, cuidar de manera constante el bienestar de la nación, incluida la economía.