Tiene razón Ivonne Ortega, la ex gobernadora de Yucatán cuando afirma: “Hoy es difícil ser priista” sin embargo pide –clama, yo diría- “no cobrarle los platos rotos que no le correspondan al partido”, y es que para nadie es un secreto que el PRI y su militancia están pasando por un muy mal momento producto de decisiones erróneas del Gobierno Federal, los escándalos de corrupción en los que se han visto envueltos desde el mismo presidente de la República con la llamada casa blanca que Angélica su esposa le compró a Armando Hinojosa, pasando por el que protagonizó el que fue su secretario de Hacienda y Crédito Público, hoy de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, con la casa de descanso que le vendió el grupo HIGA en Malinalco, principal constructor en el estado de México con Peña Nieto, y los consabidos de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, que al menos en nuestro caso nos tiene en un estado de permanente shock.
Me parece una postura conveniente de Ivonne Ortega, que quiere ser postulada por su partido como candidata a la presidencia de la República, porque sería peor negar lo que no se puede ocultar, el PRI está pasando por muy mal momento y los ciudadanos lo tienen muy mal calificado –la verdad es que todos los partidos políticos se encuentran están mal evaluados en el ánimo de la gente, la calificación es muy baja-. Agrega Ortega: “Es difícil también ser priista en el PRI, pero no por ser difícil vamos a dejar de serlo. La ideología del partido es una buena ideología, es una en la que muchos creemos y aplicamos, y no podemos pagar los platos rotos que no rompemos. Si hay quienes cometieron errores, que se les castigue”.
Y en general la ex gobernadora de Yucatán se inconformó con el gasolinazo, de él dice que no fue suficientemente analizadas sus posibles consecuencias en perjuicio de la economía familiar, y que el acuerdo que luego firmaron el gobierno de la República, los sectores económicos y las organizaciones de trabajadores para evitar alzas indiscriminados en productos de consumo básico es un esfuerzo insuficiente, pero en general, a Ivonne se le ve preocupada y sabe que el panorama político para el PRI en este 2017 es de pronóstico reservado y el año que viene todavía es peor, pero confía en que el tricolor va a conservar la presidencia de la República, más si la candidata es ella, esto último lo deduzco yo.
Pero la de Ivonne Ortega no es la única postura juiciosa y realista respecto al difícil momento que está viviendo el PRI, aquí en Veracruz, concretamente en Xalapa también habló de las dificultades por las que atraviesa su partido el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, desde una posición equilibrada, y es que cuando se tiene un problema en puerta o se está viviendo una situación problemática, lo primero que hay que hacer es por reconocer el problema o la circunstancia que se vive y ahí Américo no evade el tema ni le da tantas vueltas como otros políticos que son poco claros cuando se les trata el tema, aquí no hay de otra, el PRI está a la baja y punto.
En esta semana en que fue separado como presidente del partido Amadeo Flores Espinosa, Américo fue entrevistado al respecto y dijo, palabras más, palabras menos: “Que se sacuda el árbol y quien no tenga un interés de construir, quien no tenga un interés de generar una oposición respetuosa, una oposición constructiva, crítica, analítica, una verdadera oposición de propuestas, realmente no tiene nada que hacer aquí (en el PRI)”, y agregó reconociendo la situación adversa de su partido: “Hay personas que le han fallado al partido, a la confianza ciudadana, que le han fallado al pueblo, que le han fallado a sus ideales”, sin embargo, asegura, hay muchos más, muchísimos más que son gente decente, trabajadora, honrada, respetuosa de los momentos que vive nuestro país”
¡Híjoles, que trabajo les cuesta a algunos políticos hablar con claridad, sin darle tantas vueltas al asunto!, posturas así hay que agradecerlas, y me refiero tanto la de Ivonne como a la de Américo. El PRI no las tiene todas consigo, el que debiera ser su principal activo, Enrique Peña Nieto, es, tristemente, su principal lastre.
Cierto, ¡Qué difícil debe ser priista en las circunstancias políticas actuales del país!