«Debemos preparar a nuestros hijos para el mundo del futuro, no el mundo de nuestros padres ni el nuestro. En este mundo lo determinante para triunfar será el carácter, no el conocimiento, como muchos pudiéramos creer. Tener temple, salir de los fracasos adecuadamente, hacer de los fracasos un desafío y no una tragedia… eso será los que buscarán en un futuro los seleccionadores de personal. Nadie en esta vida logra metas exitosas y duraderas sin un poco de sufrimiento, Un hijo forjará carácter si percibe claramente la autoridad de los padres. Es muy importante enseñarles a carecer, es decir a sentir la falta y arreglárselas por si mismos. Aunque tengamos el 100%, los chicos deben saber el valor de la cosas. ¿Cómo les enseñamos a carecer? ¡Dándoles un poquito menos de lo que necesitan!. También hay que educarlos en el servicio. Construyamos hijos luchadores, no debiluchos. Que se superen a si mismos, que tomen los problemas como desafíos para mejorar. Importante es estar convencidos de que ser triunfador no equivale a «tener dinero o propiedades». Los hijos con carácter templado, conocimiento del carecer, educados en el servicio y plenos de amor e ilusiones serán hijos triunfadores». Lo escribió Luis Baba Nakao.