El inminente candidato del PRI Héctor Yunes Landa nos platicó sobre su visión general del estado que guardan las cosas públicas en Veracruz y nos adelantó la forma en que se propone enfrentar la solución de los problemas. En la comida con el Grupo de los Diez, completó la serie de cinco preguntas que le formulamos (y que le formularemos asimismo a los candidatos o precandidatos que acepten la invitación a reunirse con nosotros).
La tercera pregunta se refiere a la manera en que piensa conformar su equipo de trabajo, y la cuarta a si integrará su gabinete con veracruzanos o piensa pedir dispensas para nombrar a oriundos de otros estados.
“Será de veracruzanos”, nos dijo con un énfasis tal que seguramente se desilusionaron terriblemente muchos que ya se sentían con un puesto en la mano pero que -¡lo sentimos!- no son nacidos en este maravilloso estado o al menos hijos de nativos -a quienes la Constitución estatal considera paisanos, con todos los derechos políticos y legales-.
El ahora senador con licencia especificó que ningún funcionario de la actual administración repetirá en el puesto, y en esa reunión de reporteros hechos y derechos no faltó quien se apresurara a preguntarle qué pasaría entonces con Yolanda Gutiérrez Carlín, actual Secretaria de Protección Civil y comadre suya, muy cercana en el afecto y en el proyecto.
A botepronto, como lo sabe hacer, Héctor Yunes contestó que ella irá pero a otra posición del gabinete próximo, o -socarronamente- “puede ser la excepción que confirme la regla”.
Fue claro al decir que para integrar su equipo de trabajo contarán primordialmente el perfil y el currículum, y que los aliancistas (se refiere a los miembros de su asociación, Alianza Generacional, que han estado con él desde hace años y a los que ubica perfectamente, entre tanto hectorista hecho al vapor últimamente)… bueno, que los aliancistas tendrán mano solamente en el caso en que cubran los requerimientos profesionales, de capacidad y de experiencia, y que no haya algún otro aspirante con mayores merecimientos.
La quinta y última pregunta fue sobre el tono que él piensa imprimir a su campaña electoral. Ante el hastío de la sociedad por tanta guerra sucia y tantas paletadas de lodo de unos contra otros, hay un clamor creciente entre los ciudadanos, que piden una lid electoral sustentada en la civilidad política, en la ofrenda de propuestas y programas viables, en la prudencia a la hora de prometer y la sensatez a la hora de la confrontación con los otros candidatos.
Héctor Yunes no le responderá en términos bélicos a su primo Miguel Ángel, el seguro candidato de la alianza PAN-PRD. Insiste: no utilizará el discurso provocador de su consanguíneo, que se ha dirigido ya contra él mismo.
Tiene claro que en 60 días de campaña y con los topes de gastos que marca la normatividad electoral, es imposible visitar los 212 municipios. También sabe que los mítines multitudinarios ya no funcionan como táctica electoral, por caros e ineficientes.
Será la del candidato del PRI una campaña con énfasis en los medios de comunicación masiva; sin acarreos ni camiones contratados para llenar concentraciones populares. Habrá muchas reuniones de ciudadanos con el candidato en los parques públicos de las poblaciones, convocadas a través del perifoneo o la invitación puerta a puerta.
Eso es lo que nos contestó el precandidato del PRI. En reuniones con otros candidatos, en el G-10 les formularemos las mismas interrogantes, para que nuestros lectores puedan ir contrastando el discurso, las propuestas y la intención de cada uno.
Gracias por la paciencia.
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