«Gobernar no consiste en hacer acuerdos entre políticos, o avanzar en una agenda legislativa. Gobernar es crear condiciones para el funcionamiento de la sociedad y asegurar que éstas operen de manera sistemática a fin de que sea posible tanto la estabilidad como la prosperidad. Sin orden es imposible el funcionamiento de un país, pero por orden no debe entenderse el dictum autoritario porfirista de que nada se mueve. El orden es un concepto dinámico que entraña una activa participación de la sociedad dentro de un marco de reglas transparentes. El reto es avanzar tanto la transformación del sistema de gobierno como de la vieja economía.. Estos asuntos quizás no sean tan llamativos como las reformas y el sector energético, pero sin ellas ni una reforma tan ambiciosa y promisora como esa tiene futuro alguno». Es lo que hace unos meses escribió el articulista de «Reforma».