Hoy inicia un esfuerzo por la renovación de Veracruz. He solicitado mi registro como precandidato porque aspiro a liderar una transformación única en nuestra historia. Vamos a cambiar a Veracruz para que tenga brillo y recupere su color: Héctor Yunes Landa

Buen día apreciado lector:

Por lo que se observa en los tiempos contemporáneos, en la actividad política a la larga, la disciplina partidista y la lealtad son virtudes que si bien casi nadie las agradece, muy pocos las pueden presumir.

A nivel nacional lo vimos con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador y a nivel estatal con Dante Delgado, Armando Méndez de la Luz y Miguel Angel Yunes Linares, entre otros personajes que abandonaron, hay otra palabra que suena grosera para calificar esta acción, el Partido Revolucionario Institucional.

Todos ellos en determinado momento se olvidaron del partido político que los posicionó y llevó al poder; el partido que alguna vez defendieron apasionadamente contra rivales o correligionarios y al que una vez que ya no los apoyó, lo mandaron al carajo para buscar su conveniencia personal.

Todo lo que consiguieron con el PRI y lo que dijeron para lograrlo está registrado en la historia política, pero más que nada, en las hemerotecas que son como cementerios de valiosos pergaminos que guardan una realidad ya esfumada.

Una realidad que vuelve a renacer con toda su crudeza y admiración tan pronto se les consulta y se les revive.

Los que saben definen a la disciplina como un conjunto de reglas para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de un cuerpo; en tanto sobre la lealtad, comentan que es la capacidad de ser firmes en los afectos y en las ideas, lo cual conlleva a no engañar ni traicionar a los demás.

Pero resulta que cuando alguien se decide a romper esas reglas, está decidiendo por sí mismo y está en su derecho de optar por lo que más le convenga; ah, pero, es obvio que se someterá al rechazo y la satanización colectiva de sus ex correligionarios por haberse aprovechado de esas oportunidades que se negaron a otros.

A diferencia, en Veracruz ha habido grandes políticos que sufrieron a la vez grandes frustraciones y decidieron aguantar, soportar estoicamente, superar de alguna forma esos tropiezos, pero no abandonar su partido.

Algunos de ellos: don Arturo Llorente González, don Manuel Carbonell de la Hoz, don Juan Maldonado Pereda y don Gustavo Carvajal Moreno. Los cuatro lucharon, pelearon, trabajaron y buscaron con pasión la candidatura y la gubernatura por el PRI, pero al no ser abanderados resistieron, se tragaron el coraje y tuvieron la dignidad necesaria para soportar la humillación y seguir en su partido.

Eso mismo le pasó a Héctor hace seis años, a sus 51 años de edad cuando del mismo barco tricolor Fidel Herrera y Jorge Carvallo, entre otros, lo lanzaron en vilo al mar de la turbulencia para desaparecerlo del panorama, tenía muchas razones para irse a otro barco político que le aventaba el salvavidas.

Incluso muchos se lo proponían y aguantó y aguantó y no se fue de su partido.

No solo no se fue, ayudó a que el PRI retuviera el gobierno. Si alguna virtud política se le debe reconocer al contendiente, a Javier Duarte de Ochoa, es haber sostenido y apoyado su ofrecimiento de hacerlo líder del CDE del PRI y candidato a senador, así haya sido obligado por las circunstancias de la posición de Héctor ante los priístas.

Hoy, en premio a esa disciplina y lealtad a toda prueba, orgulloso de su militancia que inició hace 37 años; “este es el único partido en el que he militado y en el que concluiré mi participación política”, ofreció el día de su inscripción como precandidato único y oficial, Héctor encamina sus pasos a la candidatura y, con el respaldo de su partido, pero más que nada de la mayoría de los veracruzanos que lo conocen como un político honesto, sencillo y capaz, todo indica, ganará los comicios de junio próximo.

SOBRESALIENTE

***En el día de la inscripción de HYL llamó la atención un pequeño detalle con Pepeyú, al destacar: “ alguien me quiso alertar que a lo mejor cambiaba la carpeta y presentaba la suya y yo le dije que él haría el mismo, o un mejor papel como candidato y como Gobernador de Veracruz, muchas gracias Pepe por haber presentado mis documentos”.

***Como representante del dirigente nacional priísta Manlio Fabio Beltrones, estuvo en el evento, quien sabe por qué, un especialista en averiguaciones previas y justicia, que se llama Arturo Zamora Jiménez, jalisciense y secretario de acción Electoral del PRI.

***El político choleño dignificó la presencia de Jorge Moreno Salinas; de Ricardo Ahued Bardahuil y de Amadeo Flores Espinoza, quienes, anunció, cumplirán destacado papel en su precampaña y en la campaña constitucional.

***A Héctor se le olvidó saludar a quienes siendo sus amigos, correligionarios o simpatizantes que trabajan en el gobierno estatal o federal, aunque quisieron estar con él no lo pudieron acompañar porque precisamente, estaban trabajando.

***Tras la jugada del querido Cuauhtémoc Blanco en el mundial de futbol que se bautizó como la famosa “cuauhtemiña”, que se tomó como engaño-sorpresa-burla a sus rivales, en el Veracruz de Fidel Herrera surgió la nada agradable “fideliña”. Nada raro sería ahora que pronto se sepa que Héctor aplicó una “hectoriña” a los que tanto le llenaron de piedras el camino. Por ahorita ahí siguen.

Buen día de frío a los lectores. Estos días también tienen su belleza.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com